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Diana Molineaux

Inquisición en el Tercer Milenio

En el milenio anterior, los abortos eran un delito y se castigaba a los ateos y herejes, pero, hoy en día, Estados Unidos tiene una nueva Inquisición al revés, regida por la política: oponerse al aborto es un crimen y la religión es sospechosa, excepto cuando la practican demócratas del linaje de Abraham.

Está línea se encuentra en pleno funcionamiento en el feroz ataque lanzado contra el secretario de Justicia (Fiscal General) designado, John Ashcroft. Los esfuerzos iniciales de declararlo racista fracasaron, pues si bien rechazó a un juez negro, apoyó a otros 26. Así que ahora es inaceptable por sus creencias fundamentalistas cristianas. Ashcroft no las niega, ni podría hacerlo pues todos saben que es un miembro devoto de la Asamblea de Dios y su puritanismo llega a impedirle beber, fumar y hasta bailar con la propia esposa.

El "extremismo" religioso de Ashcroft provoca el rechazo de los mismos que durante todo el pasado verano celebraron la "devoción" del candidato a vicepresidente Joe Lieberman, tan fundamentalista en su judaísmo ortodoxo como Ashcroft en el suyo cristiano.

Sin embargo, Lieberman se "redimió" por haber apoyado al presidente Clinton en su defensa de los "abortos de nacimiento parcial", la espantosa práctica que se considera técnicamente un aborto y no el asesinato de un niño que nace al término de la gestación, porque le insertan en el cerebro para matarlo cuando todavía tiene parte del cuerpo en el canal vaginal.

Ashcroft ha dicho que defenderá el derecho de las mujeres a abortar pues la leyes así lo exigen, pero como en los tribunales de la Inquisición, sus enemigos lo condenan porque actuaría contra sus propias creencias que, de cualquier forma, nublan su capacidad de comprensión.

Los ataques seguirán a pesar de que su confirmación parece garantizada pues lo apoyan todos los republicanos y por lo menos un demócrata, porque estos ataques sirven para tomar posiciones con respecto a las elecciones próximas, en 22 meses, en que los demócratas quieren garantizarse su base por la izquierda para ocuparse del centro a medida que se acerquen los comicios del 2002.

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