Menú

Cuando entro en la redacción de deportes de la Cadena Cope todo el mundo anda revolucionado pidiendo teléfonos de boxeadores. Mala cosa. Este sábado no hay programado ningún combate estelar, ninguna pelea que deba tenernos alerta. Cuando me cuentan que han encontrado a Pedro Carrasco muerto en su
domicilio, no sé por qué me viene rápidamente a la cabeza un juguete que me compraron mis padres cuando era pequeño: un muñeco de Pepe Legrá que hizo furor en los años sesenta. En realidad sí sé por qué me viene ese "flash" a la cabeza: Legrá, Velázquez, Calvo y naturalmente Pedro Carrasco firmaron
las páginas más brillantes de nuestro boxeo. Un póker irrepetible.
Últimamente a Pedro se le reconocía por su irrupción en la "prensa del corazón", pero detrás suyo había mucho más. Desde luego seguía estando el boxeador, aunque Carrasco había perdido ya la fiereza que le definió como púgil sobre un ring. La última vez que hablé con él se mostró conmigo (como siempre) muy amable, y me hizo un "perfil diez" de Policarpo Díaz Arévalo. Comprendía el boxeo como nadie.

Pedro fue campeón de Europa, y más tarde se proclamó campeón mundial al vencer a Mando Ramos. En ese momento Carrasco no sabía que aquella serie de combates (puesto que el Consejo Mundial anuló su victoria, y más tarde debió pelear con el norteamericano dos veces más) acabaría por retirarle del
deporte. A pesar de lo cual, según me cuentan, seguía cuidándose, respetando el cuerpo que le convirtió en un mito del mundo de las doce cuerdas. Me ha dado mucha pena saber que Pedro ha muerto en soledad. Nadie se merece eso. Aunque si el indomable Carrasco tenía que perder un combate, ese era el de la parca que nunca perdona. Tampoco a los campeones. No sé que hice con
aquel muñeco de Legrá, pero estoy seguro de que nunca olvidaré al boxeador de Alosno abriendo camino para nuestro deporte. Como Nieto. Como Santana. Ha muerto uno de los grandes. Del Club Manzoni al cielo. Descansa en paz, campeón.

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal