Como todo el mundo sabe, el pez grande se come al chico. Endesa quiere ganar peso para evitar ser devorada por cualquiera de los grandes del sector eléctrico europeo a través de una OPA. Precisamente por este motivo, la compañía que preside Rodolfo Martín Villa se embarcó en el proyecto fallido de fusión con Iberdrola. Y es que los ratios financieros y el volumen de endeudamiento de la que antaño fue eléctrica pública abren muchos flancos y hacen de ella una víctima propicia para cualquier operación hostil.
Por este motivo, Endesa se ve obligada a levantar una línea de defensa. En este sentido, la compañía acaba de anunciar un plan de desinversiones en cuatro años por un importe total de 5.000 millones de euros (832.000 millones de pesetas). Parte de este dinero irá destinado a financiar nuevas inversiones en Europa y Latinoamérica. El resto todavía no se sabe dónde terminará, pero no resulta descabellado pensar que la empresa tratará de reducir el peso de la deuda sobre su balance para sanearlo.
Las inversiones, en sí mismas, no aportan mucho más peso específico, sobre todo porque se financian con desinversiones. Pero si se concentran en actividades eléctricas pueden mejorar la eficiencia de la compañía y, con ello, su rentabilidad. Es una forma de que Endesa engorde. La reducción del peso de la deuda tiene un efecto similar: la compañía tendrá que destinar al pago de la deuda y sus intereses un porcentaje menor de sus ingresos lo que, por lógica, debe repercutir para bien en su cuenta de resultados.
Esto nos lleva al verdadero escudo defensivo que prepara Endesa: la revalorización de sus acciones en la Bolsa. Las mejoras de eficiencia y rentabilidad, la reducción del endeudamiento, cotizan al alza en el mercado de valores. Con ello, el precio de la acción sube y encarece cualquier intento de OPA hostil sobre la compañía, es decir, dificulta cualquier posible operación de tiburoneo financiero. Por supuesto, estos planes tienen que materializarse, y además de forma adecuada. Pero está claro que Martín Villa pretende defender a su compañía en los mercados, independientemente de que trate de utilizar sus posibles influencias sobre el presidente del Gobierno, José María Aznar, con el mismo fin. Después del fiasco de la fusión, el pez de Endesa tiene que engordar, especialmente en la Bolsa.

Endesa levanta sus defensas

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