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Alberto Míguez

El autogolpe y el “chavelotodo”

Todo indica que el extravagante presidente de Venezuela, Hugo Chávez, prepara un autogolpe de Estado que le permitirá declarar mediante un referéndum ganado de antemano un “estado de excepción” nada menos que para neutralizar la “creciente pobreza que afecta a su país. Chávez acaba de descubrir que la pobreza, la corrupción, el desempleo y otras lacras están llevando a Venezuela hacia el abismo. Y tras el enorme descubrimiento, el presidente ha decidido que prescindirá de leyes, representantes populares y demás bagatelas burguesas para hacer lo que le venga en gana,”manu militari”, naturalmente.

El ex militar golpista no se tomó, sin embargo, la molestia de preguntar quién era el responsable de esta situación crítica y si sus decisiones imprevisibles y disparatadas en política social y fiscal, educativa y sanitaria, agraria y militar, no habían conducido precisamente al caos generalizado que soporta el pueblo venezolano un tanto vacunado ya de sus entusiasmos “bolivarianos”.

Hasta el nada conservador Movimiento al Socialismo (MAS), aliado fiel del presidente y de su partido único, acaba de anunciar que abandona su apoyo a la dictadura chavista. El presidente dijo recientemente, parafraseando a Kennedy, que “quienes cierran el camino a las revoluciones pacíficas se lo abren a las revoluciones violentas”. A buen entendedor...

Para acabar con críticos, aliados tibios, disidentes, curas, militares demócratas, terratenientes, industriales, funcionarios y cuantos se han atrevido a criticarlo, Chávez prepara, pues, un “estado de excepción” que le permitirá encarcelar o exiliar a cuantos no muestren una adhesión incondicional al régimen.

Chávez se inspira en su amigo Fidel Castro, a quien regala petróleo a precio de saldo y con quien juega de vez en cuando al baseball. Quien recuerde cómo, a partir de 1959, Castro pasó de colgarse crucifijos a reclamarse marxista-leninista tras aniquilar a todos sus adversarios, encontrará sin duda en Chavez comportamientos semejantes.

Todavía le faltan algunos meses o semanas al presidente venezolano para cambiar la chaqueta bolivariana por otra socialista según el modelo castrista. En un diccionario humorístico que hace furor en Caracas titulado “El Chavelotodo” se describe el chavismo como “una política venezolana creada por Hugo Chávez e inspirada en una confusa interpretación del marxismo, el fascismo y el nazismo”.

Chávez decidirá dentro de 21 días si da su autogolpe o no. Viaja a Rusia y varios países asiáticos para promover su revolución. Y mientras el comandante hace turismo, el país camina alegremente hacia el desastre total.

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