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Antonio López Campillo

Tiempos nuevos, guerras nuevas

Los expertos nos dicen lo peligrosa que puede ser, para los ejércitos occidentales una guerra en Afganistán. Nos lo repiten constantemente, los talibanes tienen un ejército que es una masa de guerrillas, que conoce perfectamente el terreno y que causaría destrozos en un ejercito invasor, por moderno que este sea. Y es cierto, los talibanes conocen el terreno bien y han demostrado que saben actuar como guerrilla. Los afganos se lo demostraron al ejercito soviético hace poco. Todo esto es evidente, y es en lo que se basan los expertos, europeos en su mayoría, al hablar de lo que puede ser la respuesta de EE UU. Conocen lo que pasó, y como piensan por analogía, lo proyectan a la futura contienda. Y acaso tengan razón si existe un ejército invasor, como fue el caso cuando los soviéticos ocuparon el país.

Hay otra realidad que se comenta menos, y es que los guerrilleros talibanes no han conseguido eliminar a los guerrilleros del difunto Masud. Aun a pesar de que ambas guerrillas conocen el terreno como la palma de la mano; esa guerra civil está resultando ser una guerra larga y sucia.

Los medios nos informan de que los Estados Unidos están movilizando tropas, que han llamado a filas unas 50.000 personas (no se dice ahora "hombres", pues hay mujeres en el ejercito), que están destinadas, en parte, a la protección de lugares en los USA, y en parte, a sustituir a los soldados de élite que saldrán o han salido a las zonas del futuro conflicto. El numero no es muy importante, y eso debe significar algo. Es también indicativo que las tropas expedicionarias sean unidades de choque, de élite, fuerzas que por su entrenamiento y formación tienen como función realizar acciones puntuales y no están destinadas a ocupar el terreno. En el área del mar de Arabia, además de las fuerzas navales y aéreas, los Estados Unidos disponen de algo más de 6000 soldados de infantería. Con los envíos de tropas anunciados, las fuerzas expedicionarias norteamericanas no superarán los 40.000 soldados, más el personal de los navíos y fuerzas aéreas. Lo que es evidentemente escaso para enfrentarse con los cerca de 80.000 hombres del ejercito afgano y los numerosos voluntarios procedentes de los países musulmanes de su entorno.

Últimamente se ha anunciado la acción de un comando inglés en las cercanías de Kabul. Se sabe que los británicos disponen en la región de unas fuerzas navales, aéreas y de choque, que se elevan a unos 20.000 combatientes.

Las guerrillas son de gran eficacia contra un ejercito numeroso, formado por regimientos, brigadas, divisiones y cuerpos de ejercito. La superioridad de la guerrilla reside en su elevada movilidad y en sus reducidas dimensiones. Esa superioridad deja de existir si se enfrenta con un enemigo organizado en pequeños comandos rápidos. La lucha entre talibanes y las fuerzas de Masud lo está demostrando.

Es más que probable que los Estados Unidos inicien un tipo de guerra nuevo, con comandos ligeros informados, constantemente, de la situación en el terreno por la red de control de los satélites espías. Un ejercito de "guerrillas" en las que el clásico pastor de vejas que informa, está sustituido por una red de satélites.

Los que decían que vivimos en un mundo en el que predomina la información, van a tener razón. Los que razonan por analogía, menos.

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