El atentado contra el Palacio de Justicia de Vitoria, con la gran cantidad de explosivo empleado, tiene el terrible simbolismo de un ataque contra el Estado de Derecho y de un intento de amedrantamiento a la Justicia. Se produce inmediatamente después de la escalada verbal de integrismo proferida por Ibarretxe y Arzalluz. El día del partido ha sido motivo para una regresión fundamentalista, con rechazo de la pluralidad real de la sociedad vasca, y con frases tan virulentas como la del talibán Arzalluz –el único político occidental que elogió a Jomeini como hombre sensato y sabio- quien dijo que se cortaría la mano antes de firmar la Constitución.
La sociedad vasca, lo que precisa es más y más libertad; pero los talibán violentos y sus padres de las madrasas, quieren una intensificación del conflicto con un horizonte genocida.
Servicios
- Radarbot
- Libro