España, después de Grecia y Portugal, es el tercer país de la Unión Europea con mayor número de goteras. Así se desprende del estudio Panel de Hogares de la Unión Europea, PHOGUE.
Los datos resultan interesantes y bien podrían constituir el motivo central de una amena charla tras una cena entre amigos. Si uno de los comensales se muestra especialmente diabólico, podría sacar a colación el tema justo en el momento en el que alguno de los presentes hubiese alardeado del inmejorable precio de hipoteca que acaba de negociar con el banco.
Porque lo que pasa es que el estado de las casas en España es poco menos que patético. El 10,3 por ciento de las viviendas tiene goteras (Alemania, el 3,9) mientras que el 17,7 por ciento no posee luz natural suficiente, cuando en Irlanda, país que, como es sabido, no destaca especialmente por sus cielos despejados, sólo un 3,8 por ciento de las casas se ven afectadas por esta circunstancia. A partir de estos datos, resulta curioso que en Alemania sólo el 42 por ciento de las viviendas son en propiedad, mientras que en España el porcentaje es del 78 por ciento según informa la Comisión Europea.
En cuando a las dimensiones, lo datos no son más esperanzadores: las viviendas españolas, junto a las griegas, son las más pequeñas de toda la Unión. España ocupa igualmente los primeros puestos en cuanto a ruidos, contaminación, delincuencia o vandalismo en la zona y una larga serie de aspectos identificados con el concepto de calidad de vida.
Resulta sorprendente que sean los españoles los europeos que dedican la mayor parte de su presupuesto familiar a la adquisición de la casa: nada menos que el 41 por ciento de esfuerzo inversor, según informa el Ministerio de Fomento a propósito del último informe de FUNCAS (Fundación de Cajas de Ahorro Confederadas). Para que nos hagamos una idea de lo que esto significa, basta con que tengamos en cuenta que un financiero sensato no prestaría su dinero a alguien que tuviese que desprenderse de más del 33 por ciento de su renta anual por cualquier concepto (financiación tanto de bienes muebles como inmuebles).
Pero lo más chocante es que el citado informe de PHOGUE, y frente a toda previsión, afirma que los españoles son de los que más gastan en ropa nueva: un 90,5 por ciento frente a una media europea del 85,5por ciento.
Si bien la estadística no es una disciplina de la que se puedan inferir ni conclusiones ni estrategia a bote pronto, creo imprescindible mencionar otro dato relevante: sólo el 29, 2 por ciento de los adultos españoles visitan al dentista por lo menos una vez al año (en Dinamarca lo hace el 78,4 por ciento).
Cuando Núñez de Balboa descubrió el Pacífico, muchos cortesanos españoles vendieron sus pertenencias para comprar ropa y establecerse en las nuevas poblaciones. Allí murieron de hambre, aseatados por los mosquitos y mellados por las caries, pero eso sí, propietarios y correctamente vestidos. Y esto no es estadística.
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