En la web de la BBC se publica una imagen de unos policías antidisturbios mientras sujetan a un individuo de raza negra. Les propongo que hagan la siguiente experiencia: tapen el titular y muéstrenla a alguien: nadie podría creer que esa fotografía se tomó en Barcelona. No se trata de si fue o no un episodio aislado, la malicia del fotógrafo, el azar o cualquier otro motivo. El problema es que la imagen que, en este caso la BBC, se proyecta de España resulta preocupante. Internet tiene efectos muy poderosos en la creación de opinión, no en España, pero sí en el resto del mundo acerca de España. Cientos de ONG han contribuido a potenciar esta imagen nefasta a través de Internet, de donde se han derivado acciones tan desconcertantes como los pasmosos apoyos de grupos pacifistas, en especial los centroamericanos, a la ETA. La Red sigue estando fuera de control por su propia razón de ser (cualquiera puede publicar lo que le dé la gana, sea veraz o deje de serlo).
Y así es como en los casos similares al de la BBC que aquí comentamos, de repente, todos los españoles podemos ser unos racistas de órdago sólo porque a los bañolenses les dio por conculcar las más elementales leyes del derecho natural sin que a los sucesivos párrocos de la población, a lo largo de más de un siglo, les viniese a la cabeza que aquello no estaba bien del todo. Por cierto, ¿sabían ustedes que el escándalo mundial del negro de Bañolas se desató con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992? Queda demostrado con esto que el turismo civiliza más a los visitados que a los visitantes.
Me refería hace poco un diplomático extranjero los apuros que pasaban los representantes españoles en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York cuando eran interceptados a salto de mata en cualquier pasillo a propósito del hombre negro disecado de Bañolas. Resultaba difícil dar explicaciones acerca de cómo en un territorio separatista existía algo así. En la web del Departamento de Historia de la Universidad de Botswana tienen más información (absolutamente científica) sobre este desconcertante episodio pseudo museístico. Por cierto, que el título de la página en cuestión es El negro de Banyoles, lo que no deja de ser curioso: "El negro" lo escriben en español, y "Banyoles" en catalán, cuando todo el texto se ofrece en inglés.
El racismo es la potestad de los miserables, el cesarismo de los desposeídos y la regencia de los desesperanzados. Los racistas no perciben que, en efecto, ellos son las víctimas... pero de los adelantados de sus propias sociedades. Es el típico comportamiento aldeano en el que posee un par de zapatos agujerados zahiere y avergüenza al que camina descalzo.
A ver si empezamos de una vez a ir correctamente vestidos.
Todos los derechos reservados
!-->