Red Eléctrica Española (REE) acaba de anunciar que invertirá 1.500 millones de euros de aquí a 2006, de los cuales la mitad irán a parar al desarrollo de la red de alta tensión. La cantidad facilitada por su presidente, Pedro Mielgo, desde luego, es considerable. La cuestión es si la cantidad es suficiente y si se destinará a todos los elementos de la red de transporte a los que tiene que ir. Es decir, no sólo se trata de cantidad, sino también de calidad.
A lo largo de los últimos meses se ha desarrollado una discusión entre REE, por un lado, y el Gobierno y las eléctricas por otro, acerca de las inversiones necesarias para garantizar el funcionamiento correcto de la red de alta tensión, tanto en condiciones normales como en las puntas de demanda. Y es que las caídas de tensión se producen con una frecuencia mayor de lo que sería deseable. Esto fue una de las cosas que dieron lugar al apagón del pasado 17 de diciembre. Según el Ejecutivo y las compañías, el problema reside en que en la red no hay suficientes condensadores para los momentos en que se producen puntas de demanda. REE está de acuerdo, pero dice que si hay que ponerlos, alguien tiene que pagarlos. Y los otros le recuerdan que el artículo 38.2 obliga a Red Eléctrica a asumir esas inversiones y que ya cobra unos cánones y peajes para retribuirlas que el Gobierno no está dispuesto a aumentar.
Así las cosas, no basta con anunciar cifras impresionantes de inversión, ni con decir que la red española de alta tensión es la que más se ha ampliado en Europa en los últimos años, porque la red no es sólo cables y torteas; es también condensadores y otros muchos elementos. Por tanto, lo importante no es la cifra total de inversiones, sino si éstas inversiones son algo más que nuevos kilómetros de cable, porque, en otro caso, no se habrá avanzado nada, sino todo lo contrario. Y esto último, con una REE empeñada en comprarse las redes de alta tensión de Perú y Filipinas, por ahora no está claro si no se facilitan cifras más desagregadas ni se dan a conocer las inversiones que realmente se necesitan para que la red de alta tensión española funcione como debe.
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