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Maite Cunchillos

Alea jacta est

La suerte está echada. Desde luego sin quererlo, Enrique Bacigalupo ha hecho un favor a Javier Gómez de Liaño. La noticia de las pensiones de privilegio del juez argentino ha sentado muy mal en el CGPJ, donde muy pronto tendrán que decidir si Gómez de Liaño puede reintegrarse ya como juez. En el CGPJ saben muy bien que Bacigalupo fue el artífice de la condena en el caso Sogecable.

Algunos cuentan que, en privado, Adolfo Prego –líder de los vocales conservadores– va anunciando que muy pronto se hará justicia a Javier Gómez de Liaño. En esas comidillas judiciales dicen que Prego relata las tropelías y abusos que presenció cuando ocupaba un despacho en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Un despacho muy cercano al de Bacigalupo. Y Prego ahora, desde su sillón de vocal del CGPJ, tiene mucha capacidad de maniobra para orquestar toda una operación: compatibilizar una investigación interna a Bacigalupo y acordar el reintegro de Javier Gómez de Liaño. El presidente del CGPJ lo apoya.

Que Bacigalupo no es trigo limpio, está claro. A estas alturas lo saben ya hasta en Prisa, donde no ha sentado nada bien que el juez argentino compartiera mesa y mantel con el mismísimo Pedro Jota Ramírez, el eterno enemigo. En esa misma mesa precisamente se sentaron también Adolfo Prego y Enrique Gimbernat como acompañantes del periodista. Cuentan que, en ese encuentro, el director del Mundo renunció a su habitual beligerancia. Los cuchillos, al parecer, volaban de cátedra a cátedra. Y Prego tomó nota.

Este martes hay maitines. Será la hora de la cuenta atrás para ver si la Justicia es igual para todos.

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