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La FIFA afeó al neoliberal Lendoiro su conducta cuando éste proclamó que lo de las selecciones estaba muy bien, pero que él era el presidente del consejo de administración de una sociedad anónima deportiva. Y no sólo eso. Sus homólogos, profundamente insolidarios, le dejaron más tirado que una colilla. Si hoy logran hablar con Lendoiro del espinoso asunto de las cesiones de jugadores, éste les dirá que "sí, pero no", que "puede" o que "vaya usted a saber". El boss del Deportivo de La Coruña se ha adaptado al medio como un auténtico camaleón, y no le va nada mal: ha ganado dos copas y una Liga, y su equipo lucha todos los años por la Champions. Pero... ¿tenía o no tenía razón?

Lendoiro supo "deshacerse" a tiempo de Rivaldo, un jugador demasiado llamativo. Aquello era como pasear sólo por el Bronx a las tres de la madrugada y con un reloj de pulsera de oro macizo. Le sacó cuatro mil millones al Barcelona y los renivirtió en futbolistas más discretitos, menos espectaculares y, en principio, "no seleccionables". Rivaldo era –es– un "crack", y Lendoiro se dio cuenta de que le exprimirían como a un limón hasta sacarle todo el zumo. Acertó. Hoy el extraordinario futbolista brasileño, un jugador genial, se arrastra por esos campos de España tras haber repetido mil veces el viaje Barcelona-Brasil, ida y vuelta, y de nuevo ida, para regresar poco después al punto de partida. Viajes relámpago... Infiltraciones... Peleas con la Confederación Brasileña... Uno de los mejores futbolistas de la última década quedó para marcar el "gol del cojo" y, según el doctor Ricard Pruna, es una "incógnita" de cara al Mundial. El historial de dolencias sufridas por Rivaldo supone un "master" acelerado en medicina deportiva: un esguince en el ligamento lateral externo de la rodilla izquierda, problemas en los abductores, una elongación mediotendinosa en el recto anterior de la pierna derecha, una inflamación en el menisco externo de la rodilla derecha, una distensión del ligamento externo del tobillo izquierdo, otra distensión en el ligamento colateral interno de la rodilla derecha...

¿Y Luis Figo? Da pena. ¿Estaremos asistiendo a una generación de viejos prematuros? Los futbolistas viven deprisa, deprisa, y padecen también a la misma velocidad. Rivaldo le suplicó el otro día a su entrenador que le dejara pincharse para poder jugar el fútbol contra el Real Madrid. En el partido más trascendente de la temporada, el Barcelona no pudo utilizar a su profesional más cualificado y mejor pagado. ¿Por qué? Simplemente porque le explotaron. Un tipo nacido a orillas de la Costa de la Muerte no podía equivocarse.

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