El PSOE acaba de dar a conocer su propuesta para la reforma del IRPF, muy distinta de la que impulsa el Gobierno. Los socialistas presentan tres opciones, una de ellas que gira en torno a un tipo único del 26% y las otras dos con un segundo tipo del 41% para las rentas más altas. Pero su alternativa, aunque voluntarista, no parece muy viable.
De entrada, al establecer un tipo del 26%, aunque haya un mínimo exento, se corre el riesgo de crear incentivos para el fraude fiscal puesto que quien tenga que empezar a cotizar lo hará a ese tipo. Y no hay que olvidar que entre las rentas medias y medias bajas no sólo hay trabajadores por cuenta ajena, sino muchos autónomos y pequeños empresarios. Lo más lógico hubiera sido que el tipo único fuese más bajo, con mínimos exentos mucho más reducidos, pero eso no hubiera permitido esa progresividad en el Impuesto sobre la Renta que busca el PSOE y hubiera hecho que muchos contribuyentes que ahora estén exentos de tributar, tuvieran que empezar a pagar el IRPF aunque fuera poco dinero.
Los otros dos modelos de dos tipos impositivos no sólo presentan ese mismo problema sino que lo hacen de forma corregida y aumentada, ya que crean todavía más incentivos para defraudar con el fin de no pasar de cotizar del 26% al 41%. Una tarifa con menos tramos es preferible a una con más tramos porque favorece el aumento de horas trabajadas por una persona ya que no se ve penalizado sistemáticamente al obtener más ingresos por el bocado tributario creciente. Pero cuando la distancia entre ambos tramos es tan grande como la que propone el PSOE, ese aspecto positivo puede verse neutralizado por los incentivos a defraudar.
Luego queda una cuestión bastante importante. Con el modelo de IRPF del PP, los rendimientos del ahorro generados en plazos superiores a un año tributan al tipo marginal mínimo, que ahora es del 18% y a partir de 2003 será del 15%. Sin embargo, con el modelo del PSOE pasarían a cotizar al 26%, lo que penalizaría al ahorro, a no ser que se estableciera un tipo especial para estos casos. Pero esto último sería empezar a complicar el impuesto cuando los socialistas alardean de que su modelo es mucho más sencillo que el del Gobierno.
La propuesta de los socialistas, por tanto, es voluntariosa y tiene el mérito de abrir un debate serio sobre la política fiscal en España y sobre el nivel de los tipos impositivos. Pero tiene el handicap de que, tal y como está definida actualmente, es difícil de aplicar técnicamente y puede crear más problemas de los que hay actualmente.

Voluntarismo inaplicable

En Portada
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal