Avanzit, la empresa de tecnología y telecomunicaciones antes conocida como Radiotrónica, acaba de suspender pagos. Estaba cantado, pero no por lo que ha sucedido en las últimas semanas, cuando la empresa se las ha visto y se las ha deseado para renegociar su enorme deuda con los bancos sin conseguir nada, sino desde el verano pasado, cuando los problemas que han desembocado en la solicitud de suspensión de pagos ante los juzgados ya estaban allí bien presentes.
Cuando Avanzit presentó las cuentas de 2000 y la auditoría correspondiente, esta última ya dejaba bien claro que la empresa estaba técnicamente en suspensión de pagos porque había contabilizado como ingresos partidas que no podía imputar como tales y porque no generaba un flujo de caja suficiente para atender a los vencimientos de una deuda que superaban su facturación en aquellos momentos. Esos vencimientos se concentraban especialmente en 2002 y 2003 y Avanzit no ha podido afrontarlos ni los bancos han querido saber más de una compañía de la que se ha hablado en el caso Gescartera.
La empresa llevaba tiempo tocada y en el mercado lo sabían. Por ello, el entonces consejero delegado de la misma, Agustín Fernández, sobrino político de Jesús Polanco para más señas, acordó con Antonio Rafael Camacho, el dueño de Gescartera, la realización de una serie de operaciones con las acciones de Avanzit que sostuvieron su cotización artificialmente porque los inversores ya no se fiaban de ella. También se comentó entonces que Prisa podría tener hasta un 25% de la compañía y en la agenda de Pilar Giménez-Reyna, la presidenta de Gescartera, figura una anotación sobre Prisa y el 20% de Avanzit.
En septiembre de 2001, además, se comentó que Avanzit podría estar negociando con Prisa la venta de Telson, la empresa proveedora de tecnología para Eurosport, el canal deportivo de Canal Satélite Digital, controlado por el grupo de Polanco. Avanzit desmintió que estuviera hablando con Prisa, pero reconoció conversaciones con empresas de medios de comunicación, si bien no llegó a vender. Y es que Telson es prácticamente la única división de la compañía que aporta beneficios. Enajenarla hubiera sido condenar a Avanzit a la quiebra, situación de la que ahora no se encuentra muy lejos.
Desde entonces, las cosas, en lugar de empezar a encauzarse, fueron a peor. A principios de este año, el presidente de la compañía, Adrián de la Joya, tuvo un altercado muy fuerte con uno de sus principales accionistas y miembro del Consejo de Administración, José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, en una reunión del Consejo. Y la respuesta de Entrecanales fue anunciar al día siguiente que su empresa ponía a la venta el 20% del capital de Avanzit que posee. De esta forma se inició el desplome final de una acción que el miércoles cerró a 2,19 euros cuando un año antes cotizaba a 14,95 euros.
Así las cosas, y habiendo tenido que introducir modificaciones en sus cuentas de 2001 tras la auditoría obligatoria, los bancos decidieron dejarse de tonterías y se negaron a aplazar el pago de la deuda. Exigen la venta de Telson para recuperar el dinero que Avanzit les debe. La compañía, por tanto, está a un paso de la quiebra y sin Telson ese paso sería mucho más corto. ¿Y quién compraría Telson? Todos lo suponemos.

Una quiebra anunciada

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