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Juan Manuel Rodríguez

Morir de éxito

El año pasado por estas mismas fechas, el fútbol español había gastado, con desigual fortuna, treinta mil millones de pesetas en contratar nuevos jugadores. Ahora se llevan invertidos "sólo" doce mil. ¿Qué ha pasado? La crisis profunda en la que entró el Grupo Kirch, poseedor de los derechos televisivos del Mundial, y los evidentes problemas que esos mismos derechos, recomprados para España por Vía Digital, tuvieron para encontrar un destino (Antena 3, deprisa y corriendo, tuvo que quedarse con el "muerto" tras la negativa de Televisión Española) eran sólo algunos síntomas de que el negocio del fútbol se iba desangrando muy lentamente, como ya advirtiera en su día Franz Beckenbauer. Oscar Wilde habría sido mucho más gráfico: "estoy muriendo por encima de mis posibilidades".

La Liga de Fútbol Profesional deberá renegociar con las televisiones en 2003. Y ese es justamente el problema. La LFP engloba a 42 clubes de Primera y Segunda división, y de todos ellos sólo son rentables, televisivamente hablando, tres: Real Madrid, Fútbol Club Barcelona y Atlético de Madrid. Las televisiones creyeron equivocadamente que un Extremadura-Salamanca, por poner un ejemplo, encontraría abonados que quisieran verlo, pero no, no fue así, no hubo un roto para un descosido. Resultaba que el seguidor extremeño prefería ver un Real Madrid-Valencia o un Barcelona-Deportivo antes que a su propio equipo.

El otro día se produjo durante la Asamblea de la Liga un hecho muy significativo y que puede interpretarse perfectamente como una victoria de los "clubes pequeños" sobre los "grandes": la transmisión de un partido deberá ser previamente autorizada por los dos equipos. Real Madrid y Barcelona tienen asegurados sus derechos televisivos hasta mucho más allá de 2003, pero el resto de clubes se garantizan también su particular "mordida". Ya se sabe, la fuerza de los votos. Ni Florentino ni Gaspart pudieron decir ni pío. Cuarenta contra sólo dos, aunque muy poderosos.

Aunque Pedro Tomás no pueda verlo (o no quiera porque no le interese hacerlo) el fútbol español está pendiente de una profunda restructuración. Es vox populi que hay clubes de Primera cuyo estado financiero podría calificarse sin miedo a la equivocación como "quiebra técnica". Los mismos jugadores, protagonistas activos del "circo", se han apercibido de ello, y ahí están los gestos de Vieri, Ronaldo o Recoba. Aquí habrá que hablar, tarde o temprano, de tope salarial como ya sucede en la NBA. Lo contrario es un camino hacia ninguna parte, porque las televisiones ya no tragan.

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