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Fiesta en el parqué

Desde que el pasado miércoles el Senado estadounidense aprobase el endurecimiento de las penas a quienes falsifiquen las cuentas de las empresas y Telefónica diera un giro radical a su estrategia, con la inclusión en sus cuentas de las amortizaciones de las inversiones en UMTS, las bolsas en general, y la española en particular, han dado un vuelco espectacular y han empezado a alejarse con rapidez de los mínimos que alcanzaron la semana pasada. El Ibex-35 cerró la sesión del lunes con una subida del 5,65%, en línea con la mayor parte de los mercados europeos, algunos de los cuales subieron el 6% e, incluso, el 7%. Wall Street no les va a la zaga aunque las alzas son algo más moderadas. ¿Qué es lo que ha cambiado para pasar de la depresión a la euforia? ¿Ha terminado la crisis bursátil? Una de las cosas que se puede decir es que los analistas estaban esperando una subida en julio, lo que llaman el rally de verano, porque los mercados llevaban varias semanas de caídas muy fuertes. Parte de la explicación a lo que está sucediendo estos días en las Bolsas se encuentra ahí. Pero esta no es la única razón.

Una de las cosas fundamentales que sucedió la semana pasada es el cambio de sentimiento de los inversores. La crisis de confianza desatada por el caso Enron y continuada con los sucesivos escándalos contables que han ido aflorando desde entonces todavía no ha concluido, pero sí que ha remitido bastante gracias a la nueva legislación aprobada la semana pasada. A ello se une en el caso español que Telefónica pusiera blanco sobre negro la realidad de la empresa y que, en cierto modo, el SCH hiciera también lo mismo el lunes. Ya empieza a saberse lo que hay realmente y, por tanto, el dinero empieza a retornar con lo que podría estar gestándose un cambio de tendencia avalado tanto por el aumento en el volumen de negocio producido en los últimos días como por la alta volatilidad que registran los mercados, algo que suele ser el preludio de un cambio de signo.

Por otra parte, las acciones habían caído tanto, sobre todo en España, que su valor en Bolsa se encontraba muy por debajo de su valor real. El ajuste había sido excesivo y ahora podría haber empezado a corregirse, sobre todo porque los resultados de las empresas en el segundo trimestre están siendo buenos. Y eso tira hacia arriba de la Bolsa, como ha puesto de manifiesto Iberia con una subida el lunes del 12,18%. Precisamente, esos buenos resultados empresariales empiezan a mostrar que el ciclo económico también puede estar cambiando de tendencia para recuperar cierto pulso. Y cada vez son más los dato que indican ese cambio de signo, si bien la reactivación económica todavía no está consolidada, ni mucho menos, ni se sabe que fuerza va a tener.

Todos estos datos sugieren que la crisis bursátil puede haber llegado a su fin. Eso sí, todavía pueden producirse nuevas bajadas en agosto, cuando los inversores cierren sus posiciones para irse de vacaciones tranquilos, pero las caídas posiblemente no serán tan drásticas ni alcanzarán los niveles de las últimas semanas. El escenario más probable, por tanto, es una realización de beneficios cuando concluya el actual rally alcista para que la Bolsa vuelva a subir después del verano. Ahora la cuestión es saber si con esa subida el Ibex-35 llegará a los 8.000 puntos a final de año o si superará ese nivel y terminará el ejercicio con ganancias, aunque sean mínimas.

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