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Saldos políticos

Todas estas universidades de verano de los partidos, incluyendo la UDF de François Bayrou, me han parecido, leyendo los comentarios en la prensa, como esos saldos de fin de temporada. La “universidad” más comentada fue la del PS, lo cual es lógico, si se tiene en cuenta los largos años en que ese partido ha gobernado Francia. Pero el editorial de Le Figaro de éste lunes 2 de Septiembre, resume perfectamente la situación, con su título: “PS, año cero”. A veces solapada y otras abiertamente, se enfrentaron dos tendencias que pueden reflejar parcialmente los verdaderos problemas del país, y de su pugna política, más allá del ritual combate derecha contra izquierda; o sea: menos o más estado, más burocracia o más libertad, en todos los conceptos y en todos los terrenos, porque en el Gobierno actual, como en La Rochelle, las dos tendencias se enfrentan. Laurent Fabius, número dos del PS, líder de la tendencia “moderna” –odiado por la izquierda burocrática de su partido y quien a su vez odia a otro líder de la misma tendencia, Strauss-Kahn, el cual odia a Martine Aubry– para atraerse a las bases –funcionarios, maestros, universitarios– se puso a insultar soezmente al Presidente Chirac y al Primer Ministro Raffarin. Y cuando le vi, por televisión, hacer bromas pesadas sobre el supermenteur Chirac, y el super bonimenteur (cuentista) Raffarin, recordé inmediatamente otro debate por televisión entre ese mismo Laurent Fabius, entonces Primer Ministro de Mitterand, y Chirac, uno de los líderes de la oposición, durante el cual Fabius, con exorbitada soberbia, le espetó a su adversario: “¡Está usted hablando con el Primer Ministro de Francia, monsieur! ¡Mucho cuidado con lo que me dice!” ¿Será Raffarin el Primer ministro de las Batuecas, que se puede insultar sin manifestar desprecio por los electores, o resulta que los únicos ministros, primeros o segundos, legítimos, son los socialistas? Repugnante.

De la misma manera que Francia se encamina a trancas y barrancas hacia el bipartidismo, –y tan a trancas, ya que las sugerencias del PS, para crear un partido único de la izquierda se ven rechazadas por los Verdes, trotsquitas, comunistas, y hasta por los cuatro amigos de Chevenement, que prefieren limitarse al toma y daca electoral– la prensa se está concentrando en dos polos, y según los comentaristas, uno es de centro izquierda, en torno a Le Monde y el otro de centro derecha, en torno a Le Figaro. Ocurre que Vivendi Universal ha vendido el grupo L’Express-L’Expansion a la Socpresse-Le Figaro. Detrás de éste grupo, como estatua del comendador capitalista, está Dassault, constructor de los famosos aviones militares. Pero en Le Figaro de este lunes, día en que todos los columnistas, amigos o enemigos, reanudan su “laburo”, leo un magnífico artículo de Wilfred Beckerman, profesor honorario en Oxford, sobre la “cumbre” de Johannesburgo. Rechazando las grotescas exageraciones de los ecologistas, y sin negar los problemas reales, considera justificada la crítica de los sureños a la subvención/protección de la agricultura, pero no únicamente de los “países ricos”, y defiende una mundialización realmente liberal, con la exigencia de una democratización de tantos países, ayer del Tercer Mundo, hoy del Sur. Yo no sé si eso es de “centro derecha”, pero, desde luego, es de sentido común.

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