Nada nuevo bajo el sol, al menos bajo el sol que ilumina al PSOE. Los socialistas anunciaron a bombo y platillo la presentación de un plan para resolver en España el problema de la vivienda. Pero lo mejor que se puede decir del mismo es que no es un texto ridículo como, por ejemplo, la propuesta que presentaron hace unas semanas sobre la reforma del desempleo, aquella de poner un tutor para cada doscientos parados y cosas así.
Lo que dicen en este caso los chicos de Zapatero no es tan descabellado; es, más bien, irreal. De entrada, piden al Gobierno que tome medidas par que se libere el suelo con el fin de que se puedan construir más viviendas y más baratas. Ya le gustaría al Ejecutivo del PP. Lo malo es que el Gabinete se encuentra, en este sentido, maniatado por culpa de la sentencia del Tribunal Constitucional contra la ley del suelo aprobada por los socialistas en 1989. Una sentencia que la más alta magistratura del Estado dio a conocer en 1997, pocos meses después de que el PP aprobará su propia ley del suelo en la que pretendía avanzar hacia la liberalización del mismo. Pero el TC dijo que las competencias urbanísticas le corresponden a las comunidades autónomas y se acabó. O sea, que el Estado, es decir, el Gobierno, no puede hacer nada... al menos sobre el papel. Porque lo que sí que está intentando el Ejecutivo es hacerlo de forma indirecta, mediante la reforma del sistema de financiación local para que los Ayuntamientos no tengan que acudir a la especulación urbanística para obtener recursos y puedan liberar suelo.
El PSOE, además, pide que el IVA de la vivienda se rebaje al 1% para abaratarla. Lo más probable es que al Gobierno le gustase esta idea. Lo malo es que el IVA está regulado por una directiva comunitaria que no permite semejante política. Se vio claro cuando, en 1999, el Ejecutivo decidió bajar al 4% el IVA de la bombona de butano y un año después tuvo que volver a subirlo porque la medida no se ajustaba a la normativa comunitaria. Con la vivienda sucede lo mismo y el PSOE lo sabe. Claro que es muy fácil lanzar estos mensajes cuando se está en la oposición, no en el poder.
El resto de las once propuestas de los socialistas tienen el mismo tono. Pero una de ellas es especialmente significativa por dos razones. En primer término, porque todo el documento ha sido elaborado por Cristina Narbona, que fue directora general de la Vivienda cuando José Borrell ocupó la cartera de Obras Públicas. Segundo, porque esa propuesta ya se aplicó en el pasado con resultados justamente contrarios a los que se esperaba. Se trata de que los inquilinos puedan desgravarse fiscalmente los alquileres que pagan. El PSOE puso en marcha esta medida y lo que consiguió fue que los alquileres subieran ya que los caseros dijeron a sus inquilinos que, puesto que se lo desgravaban en el IRPF, podían pagar más renta, y la subieron. Ahora, los socialistas proponen repetir semejante experimento fallido, posiblemente porque estas cuestiones no las conoce la mayoría de la gente, excepto quien sufrió el incremento de los alquileres, y porque desde la oposición es muy fácil decir estas cosas que llegan muy bien al oído, al corazón y a la cartera de los votantes. Qué pena que un análisis mínimamente serio de sus propuestas revele, una vez más, que los socialistas siguen sin proyecto.

Sin proyecto

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