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Niñas ¡al salón!

No sé porqué me recordaron la decadencia del imperio romano, tendré que verificarlo en mis “Carcopinos”. El caso es que la manifestación de prostitutas ante el Senado este martes fue un éxito mediático. Había unas cuatrocientas señoras y más periodistas. Las que salieron por la tele tenían todas acento español y sus reivindicaciones eran muy de “comisiones obreras”: somos trabajadoras, pagamos impuestos, tenemos hijos, lo hacemos mejor que la Mónica esa y otras delicias. Con el Abbé Pierre instalado en un campamento de gitanos para protestar contar las anunciadas medidas gubernamentales, el tiro les está saliendo por la culata. Ya escribí que más serio sería, en cuestiones de seguridad, ocuparse de las bandas organizadas y armadas que pululan, como aquellos galgos en Soria, y no ululan a medianoche, sino disparan.

La lectura de la prensa en este periodo de elecciones te procura algo así como una tranquilidad melancólica, la francesa es casi tan mala como la española. También abundan los Juan Goytisolo hembras y las Gema Martín Muñoz machos saludando el triunfo de los islamistas moderados lo mismo en Marruecos que en Turquía. Un inciso: si parejas de maricas pueden vivir juntos en los cuarteles de la Guardia Civil, habrá que “revisitar” el “Romancero gitano” de nuestro genial Lorca.

Los españoles, pienso, desconfiamos del adjetivo “moderado”, porque fíjense lo moderados que son nuestros nacionalistas de tipo Arzalluz, con su sangre moderadamente limpia. Dentro de muy poco, nos hablarán sesudamente de nazis y comunistas moderados. En cambio, la victoria de los republicanos, y de los Bush personalmente, en USA ha dejado a nuestros periodistas galos boquiabiertos. Oí al conocido periodista yanqui John Winocur mofarse de Ruth Elkrief, en la radio RTL, explicando que la prensa francesa no entendía nada de lo que ocurría en EE UU y que el presidente Bush era el más popular, en su país, desde Eisenhower ¿Me autorizará Zapatero Remendón II a alegrarme por esta victoria republicana en USA, en estos tensos momentos que vive el mundo? Imaginemos un segundo que hubiera triunfado Al Gore. Peor que Carter, una catástrofe con permiso, o no, del sargento, yo me alegro.

Se van, se van, se van y además no se quedan, se van todos. Se fue Jospin, despareció Chevenement (aunque paseen su momia el día de los difuntos), se va Voynet, se hundió para siempre el derechista Mégret, Federico Sánchez baila un tango sentimental de despedida con Sylviane, en la Casa de América Latina, bulevar Saint-Germain, París, y Robert Hue abandona la presidencia del PCF. Pero él, al menos, explica que lo hace porque la bolchevique de Marie-Georges Buffet le ha encerrado en el armario, con las bayetas y las escobas, del bunker comunista, y que si no huye, lo asfixian. Pues, ¡que se vayan! Eramos muchos y parió la abuela, aunque en este caso no se trate de la abuela sino de la primera esposa de Jospin, Elisabeth, la cual se pone también a escribir en el Nouvel-Observateur, sobre el largo y tenebroso historial trotsquista de Lionel: “Dirigente socialista de día, trotsquista por la noche”. Y en la cama ¿qué? Disculpen, es de muy mal gusto, serán las simpáticas putas manifestantes quienes me han contaminado. Ni una palabra más. Pero y ¿si en las próximas elecciones en Israel, ganara Sharon?

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