Menú
Enrique de Diego

El voto patriótico a Bush

George Bush está llamado a no caer nunca simpático en nuestros lares. Es demasiado texano, demasiado norteamericano, para no entrar en contradicción con ese complejo de inferioridad que se conoce como antiamericanismo. Puede asegurarse que su barrida electoral no generará ningún entusiasmo entre nuestros editorialistas, sean cuales sean sus tendencias, porque en eso hay un extraño consenso, tan sólido e impenetrable como el hormigón.

La situación a día de hoy es que la defensa de Europa depende en buena medida de los Estados Unidos, pero los europeos se dedican a lamentar tan beneficiosa protección. Tampoco queda el suficiente agradecimiento histórico por el hecho de que los norteamericanos liberaran a la decadente Europa del dominio de los fascismos, y específicamente del nazismo.

Pero Bush –menos mal para él– no se presenta a las elecciones en España. La victoria de los republicanos en estos comicios le asegura la mayoría en ambas cámaras. Es obvio que estamos ante un respaldo de carácter patriótico a la lucha internacional contra el terrorismo, decretada por Bush tras el 11 de septiembre.

Es una buena noticia general, porque indica que esa lucha proseguirá. La primera asignatura pendiente es Irak.

0
comentarios