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Germán Yanke

Las cartas sobre la mesa

La manifestación de Ibarretxe, con la que parece querer encarar con tranquilidad afectada unas Navidades en familia (nacionalista) sigue acumulando indignidades. La tragedia ecológica del “Prestige” ha dejado en segundo plano esta convocatoria y sus efectos colaterales, pero no creo que sea la primera causa de las tragaderas con las que aceptamos cuanto nos llega del nacionalismo. Al parecer, resulta más cansado oponerse una y otra vez a esta marea totalitaria revestida de “soberanismo” o no se considera mayor tragedia a pesar de los estragos que ya ha hecho. Los opositores incansables se convierten en radicales intransigentes, incapaces de ver en el adversario, el nacionalismo, aspectos positivos o gestos esperanzadores.

Uno de estos es la manifestación de marras. Pero las cartas, una tras otra, se van poniendo sobre la mesa con un descaro que no puede menos que indignarme. Para muestra, tres botones, aunque podía reseñar aquí una colección completa. En primer lugar, hasta el momento no se ha tratado de pactar con los partidos constitucionales el modo en que la marcha se llevará a cabo y eliminar así sus recelos de que sea una convocatoria en apoyo de Ibarretxe y de su plan secesionista. La evidencia es clara: es precisamente eso y no un cambio de actitud del PNV ante lo que ETA es realmente y significa. En segundo término, el portavoz parlamentario Anasagasti pretende estigmatizar a quienes no ha convencido Ibarretxe diciendo que los que no acudan demostrarán que no están contra ETA sino contra el nacionalismo. Se puede estar contra ambos, y por motivos muy serios, pero la añagaza revela el carácter siempre dogmático y tramposo del nacionalismo vasco.

Y, por último, la desvergüenza del otro nacionalismo (el “bueno” para algunos dirigentes del PP). CiU, representada por sus máximos dirigentes, estará en esta ocasión en el País Vasco después de haber rechazado acompañar a los no nacionalistas y a las víctimas en cuantas manifestaciones públicas han llevado a cabo hasta ahora. Estarán con Ibarretxe porque siempre han dicho, con lamentable imbecilidad, que, para resolver los problemas del País Vasco lo único que había que hacer es oír, seguir y obedecer al PNV. Y eso, sólo eso, es la manifestación de Ibarretxe

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