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Germán Yanke

La única pacificación

No hay modo mejor para luchar contra ETA que la conjunción de las acciones policiales y judiciales terminar con la banda. Y este jueves, aún con el dolor y la rabia por el último asesinato, ha sido un día feliz, en el que los ciudadanos podemos estar un poco más tranquilos y confiados en que lo estaremos del todo.

De un lado, la eficacia policial, demostrada reiteradamente en los últimos años, ha logrado, con la cooperación francesa, detener a los dos nuevos jefes de los grupos asesinos de ETA. Nuevos porque hace apenas tres meses eran detenidos los anteriores. Este es el único camino de la pacificación porque nadie que esté en sus cabales puede pensar que, contra ETA, valen la pusilanimidad y la rendición del diálogo con los criminales. Ni ir de la mano de Ibarretxe con la cínica cantinela de "Fuera ETA".

De otro, la imputación a los dirigentes de Batasuna por el juez Garzón completa el mapa del único modo con que se puede encarar la tragedia de esta banda de criminales. Batasuna es ETA y sus dirigentes, como miembros del entramado criminal deben ser perseguidos judicialmente.

La debilidad de los pistoleros, en los que la hipotética impericia no reduce un ápice su carácter sanguinario, no puede adormecernos. Las medidas políticas contra ETA no pueden ser otras, en consecuencia, que el apoyo a las Fuerzas de Seguridad y el aislamiento de todos aquellos que prefieren salirse con la suya a la aniquilación de ETA. Ahora veamos quiénes les protegen: el resto de nacionalistas, la Izquierda Unida de Madrazo. Y pensemos si se puede ir con ellos a algún lado.