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Los fieles de Joan Gaspart no quieren que la gente vea el cimbrón de su presidente, de ahí que el directivo Montoliú corra más veloz que Overmars para tapar con su manaza el objetivo indiscreto de la televisión. Ojos que no ven, corazón que no siente, pensará el directivo Montoliú, uno de los que tras el 0-3 contra el Sevilla y el 2-4 ante el Valencia decía aquello de "chicos bien, moral óptima". No le juzgaré puesto,que para eso precisamente colocaron ahí al directivo Montoliú, ni quiero ser tampoco excesivamente estricto con un caballero a quien no conozco, ni siquiera reconozco, pero se equivoca. Aunque los ojos no vieran, el corazón azulgrana seguiría sintiéndolo en el alma.

El directivo Montoliú debe ser uno de esos caballeros a quienes recurrió desesperado Gaspart a medida que se le iba desmontando la junta de consenso. No hace falta decir que si alguien acepta una papeleta como la de pasar a engrosar la peor directiva azulgrana de toda la historia, y en uno de los momentos más críticos del club, es porque quiere ser famoso a cualquier precio y bien no pasó el "corte" de "Gran Hermano" o, por contra, le echaron para atrás en el casting de "Operación Triunfo". Y ahí sí existe una aparente contradicción. ¿Por qué tapa con su mano el directivo Montoliú el objetivo de la cámara de televisión? ¿Porque no le enfocan a él? ¿O quizás porque quiere aparecer como el más solidario ante los ojos del doliente presidente?

Escuché lo que tuvo que decir el directivo Montoliú la infausta noche del 2-4 ante el Valencia, y mi sorpresa fue que no dijera absolutamente nada. Mareó la perdiz, difuminó la realidad, hizo acopio de un par de cortinas de humo y distrajo al personal mientras los ultras emulaban al "cojo manteca" en el antepalco del Camp Nou. Si Montoliú es directivo de uno de los clubes más importantes del mundo... ¿por qué narices no va a poder sentarse en el banquillo del Racing el millonario Piterman? Él, al menos se deja fotografiar como fotógrafo.

Lo peor de todo es que la única salida lógica que tiene el Barcelona desde hace un par de meses es la destitución de Van Gaal como entrenador. Y Gaspart la ha ido dilatando por un interés exclusivamente personal y arbitrario. Por ahí se desangra el barcelonismo, y mientras ocurre todo eso lo único que le importa a la "guardia pretoriana" culé es salvaguardar la imagen de un presidente que es un auténtico cadáver deportivo en busca de una mortaja. El "equipo médico habitual" aún no ha certificado el óbito, pero es que ellos son "gasparianos" mucho antes que forenses. Como le sucede al directivo Montoliú, sin ir más lejos.

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