El punto fuerte de Microsoft es la informática de consumo. De hecho, sólo Windows y Office le proporcionan beneficios, aunque sean grandes beneficios, suficientes para pagar las pérdidas de los demás departamentos y obtener pérfidas y enormes plusvalías. En las grandes empresas nunca ha tenido tanta suerte, en parte porque su fiabilidad y seguridad nunca han sido sus puntos fuertes, aunque las últimas versiones de Windows están muy extendidas.
Hay que tener en cuenta que son dos mercados muy distintos. A un usuario normal le resulta muy costoso aprender a utilizar un ordenador y sus programas, de ahí que el primero que llega a un campo vacío tiene la mitad del negocio hecho. Es normal que en informática de consumo, haya casi siempre un programa con el 80 o 90% de su mercado específico. En cambio, a la hora de trabajar aprendemos lo que nos dice el jefe que aprendamos. Los costes de enseñar a los trabajadores un sistema nuevo se evalúan junto con los demás. Esos mercados están siempre más repartidos. Microsoft lleva tiempo queriendo introducirse en ellos, lo que imagino que habrá provocado temblores en las compañías que tradicionalmente se han dedicado a atenderlos, como IBM o Sun.
StarOffice era un paquete ofimático desarrollado por una empresa alemana, muy apañado y barato, que tenía grandes dificultades para competir con Microsoft. Sun lo compró en 1999 y liberó el código fuente a finales de 2000, bajo el nombre de OpenOffice. Es un buen producto, aunque presenta algunas carencias con respecto al de Microsoft, especialmente en el gestor de base de datos. No obstante, es más que suficiente para casi todos los usuarios: su mayor problema es su coste de aprendizaje. No porque sea grande, sino porque todos ya conocemos y usamos la suite de Microsoft.
Quizá consciente de esa dificultad, parece que Sun no lo está utilizando para ganar dinero, pues resulta difícil hacerlo regalando el producto. Pienso que lo está empleando como una táctica para socavar a Microsoft. Si le crea competencia en uno de los dos programas que le dan beneficios, dispondrá de menos recursos para afrontar su asalto al mercado empresarial. Además, si se extiende el uso de su producto en el sector público, estará obligando a muchos usuarios a aprender a usarlo, de modo que pueda venderlo con algo de éxito en un futuro.
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