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Jaled Arab

Consecuencias de las elecciones

Es fácil decir que el electorado en Israel se ha inclinado por la continuidad o por una "cara conocida" en estos momentos críticos que atraviesa la región. Pero, siendo esto cierto en parte, creo que hay otros factores que han influido en la reelección de Sharon y el ascenso del Likud.

Por un lado, la campaña electoral del Likud se ha basado en la seguridad, lo que ha calado en un electorado que está viviendo una situación prebélica en la zona, sin descontar el efecto de los atentados suicidas durante la campaña. Además, el Likud ha recuperado votos de partidos religiosos, que han visto amenazados sus privilegios por las críticas vertidas durante la campaña por los partidos laicos que han irrumpido con la fuerza en estas elecciones.

Por otro lado, el Likud se ha beneficiado de la bajada del laborismo motivada por tres factores principales. Primero, no haber sabido ganarse el voto de centro-derecha al haber hecho una campaña electoral excesivamente de izquierdas. Segundo, la posible pérdida de tradicionales votantes de la izquierda "ilustrada", que han dado su confianza al proyecto del partido laico Shinui, que planteó con valentía la separación de religión y estado, cuestion ésta de gran importancia y actualidad en toda la región de Oriente Medio y más aún en el caso de Israel, por su propia naturaleza. Por último, el alto índice de abstención en estas elecciones puede interpretarse, en parte, como un voto de castigo por no haberse retirado a tiempo del gobierno de coalición.

No obstante, aunque parezca paradójico, estamos ante el gobierno más indicado para llegar a un acuerdo final con los palestinos. En primer lugar, porque sólo la derecha israelí puede deshacer las colonias y firmar acuerdos “comprometedores” con los palestinos, con el apoyo de los laboristas, estén en el gobierno o fuera de él. Cuando se firmaron los acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto, Sharon se encargó de desmantelar las colonias. Sharon no ignora el deseo firme de la administración norteamericana de llevar a cabo la aplicación del plan Bush que tendría que finalizar con don dos estados, uno israelí y otro palestino. De ahí su deseo, o mejor dicho, su insistencia en que el partido laborista entre en una coalición, sabiendo que este partido acepta el plan Bush sin modificación alguna.

La situación socio-económica en Israel ( delincuencia, incremento de la pobreza, crecimiento económico negativo del estado) hace más urgente para el ciudadano israelí encontrar soluciones a sus problemas. Estas podrían proceder de dos fuentes: las ayudas de EEUU, que este año se sitúan en torno a los 15.000 millones de dolares, y el turismo. Ambas dependen de la aplicación del plan de Bush, por lo que cualquier gobierno salido de las elecciones debe retomar las negociaciones de paz. Ello facilitaría la política de EEUU en la región del Oriente Medio, tendente a desecar las fuentes del integrismo y el terrorismo, aplicando soluciones de intervención militar directa. La iniciativa de Collin Powell aspira a solucionar los problemas socio-económicos, entre los cuales destacan la falta de libertad, las desigualdades y la represión. En definitiva, democratizar los países de la región. Esa iniciativa se ha puesto en marcha con un presupuesto de 29 millones de dólares para este año.

Cuando el presidente Bush felicitó por su triunfo en las elecciones, le recordo que tenía que empezar a trabajar muy seriamente para la paz, por lo que Sharon debe saber muy bien que su margen de maniobra se ha agotado. Es el momento de poner en práctica el plan de Bush llamado "Hoja de ruta".

Jaled Arab, psiquiatra, es español de origen palestino.

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