Colabora
Ignacio Villa

Zapatero, sonado

Las campañas electorales se convierten siempre, de forma inevitable, en un certero termómetro de los mecanismos internos de los partidos, y también en un examen muy aproximado de los fundamentos de sus líderes. Las campañas son largas carreras preparadas para el más resistente, para el más inteligente, para el mejor estratega y para el más hábil. En esta ocasión, las cosas parecían bastante claras. En el duelo Aznar-Zapatero, todo indicaba que el presidente estaba ganando. Pero lo que nadie pensaba es que Zapatero se cayera, tan pronto, con todo el equipo; como ha ocurrido coincidiendo con el paso del ecuador de la campaña.

El líder del PSOE, aconsejado por algunos sagaces estrategas, ha entrado en un callejón sin salida. Con una actitud impresentable e irresponsable, Zapatero se ha equivocado de lado a lado al expresar su opinión tras los atentados de Casablanca. Se ha columpiado y lo ha hecho de forma zafia y ramplona. Con el mismo estilo con que ha reaccionado durante la guerra de Irak, el líder socialista ha vuelto a basar su talante político en la frivolidad más llamativa. Pero en esta ocasión ha cometido un error de principiante: patinar como lo ha hecho en plena campaña es servir en bandeja de plata la propia cabeza al adversario, entregarse al enemigo con armas y bagajes, es una rendición ingenua e irrefutable.

El presidente Aznar, de quien ya nadie duda de que su implicación en esta campaña electoral esta siendo y va a ser decisiva en los resultados del 25 de mayo, no ha dejado pasar la oportunidad. Propuestas letales para España, además de irresponsabilidad y frivolidad, son algunos de los calificativos que Aznar le dedicaba a Zapatero en el mitin electoral celebrado en Palma de Mallorca la noche del lunes. En una intervención de una gran claridad y sabiendo por dónde pierde agua Zapatero, el presidente no ha querido dejar ningún resquicio para la duda y, utilizando todos los resortes permitidos y lógicos de una campaña electoral, le ha dejado fuera de juego.

Una vez más, y no es la primera, el secretario general del PSOE pierde pie en el cara a cara con Aznar. Como ya nos tiene acostumbrados en los debates parlamentarios, Zapatero empieza bien, con buenas formas, pero finalmente termina cayendo víctima de sus propias debilidades. En esta ocasión, el líder del PSOE sólo ha aguantado una semana de campaña y, a estas alturas de la película, no sólo registra un claro retroceso en las encuestas, sino que además esta perdiendo la línea del discurso electoral. Es mas, Zapatero está "sonado" y todavía quedan cuatro días de campaña, de modo que cuando concluya puede ofrecer una imagen patética: dando tumbos de aquí para allá.

Así pues, ya estamos en la recta final de campaña con un presidente Aznar en plena forma política, implicado al máximo, retomando el pulso de las encuestas y con el viento a favor. Mientras, el líder de la oposición aparece tocado seriamente, con un discurso tambaleante y con una gravísima equivocación que terminara pasándole factura electoral. Sinceramente, nadie pensaba que el combate se fuera a decidir tan pronto, pero lo que esta claro es que Zapatero no le ha aguantado a Aznar ni dos asaltos.

Y ojo, que la campaña todavía no ha terminado.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario