Menú

Un gobierno y una desilusión

Soy un iluso, lo reconozco. Pero mi fatal ilusión es voluntarista, quiero decir que no me la creo del todo, pero me agarro a ella como si, a base de empeño, creyera que es posible conseguir que terminen siendo reales algunas ideas y algunas ocurrencias. También se que nada será así, pero insisto. La verdad es que no se por qué soy un iluso.

A todos causó sorpresa que José María Aznar adelantara su propuesta de sucesor y a muchos su elección. Antes y después se elucubró sobre lo imprevisible del presidente, las sorpresas de su “cuaderno azul”, etc. Sin embargo, tenía que dar un par de días después de su versión previsible. En las últimas jornadas, he leído en los periódicos que Rodrigo Rato será fundamental en el Gobierno de esta última fase de la legislatura, por los éxitos de la economía y por haber sido relegado en la sucesión. Parte de su reforzamiento, se decía, vendría con la sustitución de Josep Piqué por uno de sus hombres. Los periodistas señalaban también que, de algún modo, se compensaría el hecho de que Javier Arenas tuviera que dejar la secretaría general del partido. En esos mismos periódicos he leído también que la salida de Piqué obligaba (sic) a elegir un ministro catalán por una supuesta “cuota catalana”. Era todo previsible pero yo me decía: ¿y si hay, de verdad, una sorpresa?

Pues no. Rato, vicepresidente primero; claro que, según Aznar, ya se lo ofreció en el pasado y no quiso. Arenas, vicepresidente segundo. El nuevo ministro “de Rato”, en el Gobierno: Costa. Y la cuota catalana, cubierta: García Valdecasas. Aznar también es previsible. A veces.

Pero, ¿cómo no va a serlo con la oposición que tiene? La portavoz socialista dice que es “continuismo sin complejos” y no se sabe muy bien si deseaba cambio o complejos. Llamazares, récord de la estulticia, que indemniza a damnificados, análisis de profundidad cubana. Anasagasti dice que García-Valdecasas sólo quería “saltar a Madrid” (¡él, que no quiere dejarlo, aunque su partido le va a dar un puntapié étnico que le va a hacer veranear en el País Vasco por el resto de sus días!) y que la familia de la nueva ministra era “franquista”. Son todos tan vulgares, tan inconsistentes, que Aznar tenía que ser previsible, plano, sin desgastarse nada.

Me estoy dando cuenta de que lo que de verdad me desilusiona es la oposición. Y entiendo que me asombre ser tan iluso.


En Portada

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal