Es normal que incluso el representante de Raúl y Michel Salgado se tome a chufla ese plazo del 30 de octubre que, no se sabe muy bien a santo de qué, estableció graciosamente Jorge Valdano para la renovación de los contratos de algunos futbolistas (incluido Guti que ya ha rechazado la primera oferta procedente del Real Madrid). La renovación del propio Valdano está en juego, aunque mi impresión personal es que Florentino Pérez está decidido a ofrecerle una rebaja sustancial en su sueldo y eso –por mucho que Jorge "ame" la camiseta merengue– significaría el adiós del argentino, y quién sabe si también el ascenso definitivo de Emilio Butragueño hacia la dirección general deportiva.
El caso es que Valdano no dio ninguna importancia a la renovación de Michel en 2002 (cuando el futbolista había llegado al club tres años antes perdiendo dinero porque la Roma quería convertirle en el sucesor del incombustible Cafú), y ahora pretende meterle prisa al defensa en 2003 cuando resulta que Abramovich le ha hecho la oferta de su vida y desde el 1 de enero de 2004 el jugador puede negociar libremente con quien más le plazca. Lo que está claro es que Valdano no maneja ni remotamente el "tempo" de este partido. No sacó provecho finalmente don Jorge de aquel master acelerado de gestión deportiva que le pagó Florentino.
Siempre que Florentino ha dejado suelto a Valdano, éste ha protagonizado algún estropicio importante. Cuentan incluso que estuvo a punto de abortar la contratación de Zinedine Zidane. En los casos de Michel, Guti y, sobre todo, Raúl, el presidente deberá saltar al final a la arena. Como en el asunto de Ronaldo. El brasileño llegó al Real Madrid cediendo el cincuenta por ciento de sus derechos de imagen, pero ahora insiste en volver a negociar. La pretensión del delantero centro es dejarle al club sólo el cuarenta por ciento. Y más cosas. Valdano dice que no imagina un Real Madrid sin Roberto Carlos pero aún no se ha dirigido al lateral izquierdo cuando éste, como Raúl, concluye su contrato el 30 de junio de 2005. Es cierto que resulta difícilmente imaginable un Real sin Roberto. Igual el brasileño tiene más suerte que sus compañeros y es Butragueño quien negocia con él.
