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Víctor Llano

Asturianos sin memoria y sin vergüenza

Según informa este viernes el diario Granma, una delegación del Principado de Asturias encabezada por  Francisco García Valledor –nada menos que consejero de Justicia, Seguridad Pública y Relaciones Exteriores del gobierno de Vicente Álvarez Areces– fue recibida por el canciller cubano Felipe Pérez Roque. Valledor aseguró que la conversación que mantuvo con el ministro castrista fue “fluida” y “significativa”. A juicio del consejero, “la solidaridad con los pueblos –en un momento de dificultad en las relaciones– está muy por encima de la política que siguen los estados europeos respecto a la tiranía comunista”.
 
¿A quién pretende engañar este señor cuando habla de “solidaridad con los pueblos”? ¿Acaso no formaban parte del pueblo los asturianos a los que la robolución despojó de todos sus bienes? Muchos de los contribuyentes que le pagan el sueldo a García Valledor son víctimas de Fidel Castro. Hoy pueden ver en el Granma cómo quien tenía que denunciar los crímenes de sus verdugos –lejos de cumplir con lo que es su obligación– se abraza con ellos en La Habana.
 
Pocos días antes de que el “canciller del bable” fuera recibido con honores en la Prisión-grande, Antonio Trevín, presidente del Consejo de Comunidades Asturianas, le pidió que le dijera al coma-andante que son muchos los empresarios que quieren invertir en su cortijo. Según Valledor, también Antonio Sabino, presidente de la Cámara de Comercio de Avilés, le expresó su preocupación por la política del gobierno de José María Aznar que en su opinión no favorece las inversiones en la Isla de las doscientas cárceles. A estos asturianos tan “peculiares” y desmemoriados no parece importarles que Fidel Castro asesinara a centenares de compatriotas suyos. No han ido a Cuba a exigirle que devuelva lo que robó a miles de ellos. No sólo se niegan a recordar sus crímenes, se ofrecen a cooperar con él y critican a quien no lo hace.
 
Son más de cien mil los presos cubanos que están siendo torturados en la Isla-cárcel. Muchos de ellos por robar una fruta estadounidense en una tienda de recuperación de divisas. Agradecerían que un asturiano como sus abuelos les enviara al menos una manzana. Sin embargo, García Valledor no ha viajado a La Habana para interesarse por ellos. El Consejero de Justicia del Principado no le preguntará a los tribunales robolucionarios por qué existen tantos descendientes de asturianos encarcelados en Cuba.
 
No pasa un día sin que se injurie gravemente al presidente del gobierno español en el Granma o en otros engendros similares. No obstante, los políticos socialistas asturianos presumen de mantener muy buenas relaciones con el gobierno castrista. Quienes más tenían que aborrecer a Fidel Castro se esfuerzan en socorrerle. El canciller del bable se reunirá en La Habana con el también asturiano José Ramón Fernández. El vicepresidente del Consejo de Ministros cubano le recibirá en un edificio que muy probablemente perteneció a un compatriota de ambos. Incluso es posible que el tristemente famoso  “gallego Fernández” presuma de la belleza de los salones que robó. Este bandido sin escrúpulos siempre ha tenido mucha suerte. Mucha más de la que tuvieron miles de asturianos que huyeron de él. Por desgracia, después de peder en Cuba lo mucho o lo poco que consiguieron con su talento y con su sacrificio, ven ahora cómo un funcionario que dice representarles se abraza jubiloso a sus verdugos.  
 

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