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Isaac Jiménez

UMTS en España

Si el UMTS se hace rápidamente con una buena parte del mercado, las operadoras móviles tal y como las conocemos podrían abocarse a su desaparición en menos de una década.

Estas siglas nos resultan bastante familiares porque hace varios años, los gobiernos europeos realizaron verdaderas extorsiones a las operadoras a la hora de subastar las licencias, poniendo en peligro su viabilidad, al quedar entrampadas durante tres décadas. UMTS son las siglas de "Universal Mobile Telecommunications System" (Sistema Universal de Telecomunicaciones Móviles). Este sistema tiene una gran ventaja y es que aúna el mundo de Internet con el de la telefonía móvil, al permitir una conexión a Internet a 2 megas por segundo.
 
Es más compatible; esto quiere decir que nuestra terminal funcionará sin problemas en cualquier país del mundo que tenga UMTS, sin tener que depender de los antiguos sistemas de roaming del viejo GSM. También se acabarán los problemas de saturación, debido a que las frecuencias de transmisión son un bien escaso, y a partir de ahora podrán ser compartidas, ahorrando costes, mejorando el servicio. Lo mejor de todo es que el UMTS es un sistema compatible con el CDMA americano y la tecnología FOMA japonesa, por lo que prácticamente podríamos decir que cuando el UMTS esté funcionando en toda Europa, estaremos camino de la cobertura mundial. La burocracia y avaricia europea y la dejadez de las operadoras han retrasado tanto el lanzamiento del servicio que estas plataformas americanas y japonesas disponen de más contenidos y servicios que el actual UMTS.
 
En España las principales operadoras –Telefónica, Vodafone y Amena– llevan probando sus redes desde hace más de un año con clientes preferenciales. Ha sido el mes pasado cuando se ha lanzado comercialmente, coincidiendo sospechosamente con la campaña navideña. Sin embargo, la operadora Xfera sigue comunicando. Además de la conexión a Internet a casi 2 megas teóricos, aunque actualmente sean unos 256k, muchos usuarios particulares se preguntarán si ahora es el momento de cambiar a esta tecnología. Sin duda sí; este será uno de los regalos favoritos de estas Navidades.
 
El servicio más llamativo es la videoconferencia con otros usuarios, lo que ahora han bautizado como "videollamadas". Es decir, además de hablar con nuestros interlocutores los veremos en tiempo real; ellos aparecerán a pantalla completa y nosotros nos veremos en una reducida. Así que si a partir de estas Navidades se ve a gente gritando a los móviles de lejos, no, no se han vuelto locos. Además, con nuestros móviles además de acceder a Internet a toda velocidad, podremos recibir la TV y la radio que emite por la Red, descargar videojuegos, videos y música bajo demanda. Los únicos límites son los que ponga la creatividad de los proveedores de contenidos.
 
La única pega es el precio del acceso a Internet. Es lógico que las operadoras quieran recuperar parte de la ingente inversión que hicieron en las licencias, pero en países como Italia y Alemania ya existe la tarifa plana de datos y, teniendo en cuenta que esas operadoras pagaron 100 veces más por sus respectivas licencias que las españolas, es inexplicable que aquí tengamos unas tarifas de conexión tan altas.
 
El UMTS es una tecnología muy atractiva, pero que puede estar herida de muerte, al popularizarse la tecnología de acceso inalámbrico a Internet (WIFI) junto a la telefonía IP. Si no se hace rápidamente con una buena parte del mercado, las operadoras móviles tal y como las conocemos podrían abocarse a su desaparición en menos de una década. Para no extinguirse las operadoras evolucionarán, y en un futuro próximo, al igual que ha pasado con la ADSL, tendremos tarifa plana. Nokia, adelantándose al futuro una vez más, ya ha comercializado terminales mixtos con WI-FI incluido, por lo que todos llevaremos una puerta de acceso de banda ancha a la sociedad de la información en nuestro bolsillo.
 
Aun así, el precio de las videollamadas es bastante competitivo y sin lugar a dudas será el servicio estrella que nos lleve a subirnos al tren del 3G. Tan sólo hay un gran inconveniente; mientras tengamos encendido el móvil, no nos quedará más remedio que estar guapos y peinados.

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