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EDITORIAL

El PSOE y el maquillaje del Plan Ibarretxe

Para hacer más presentable el acercamiento del PSOE a los separatistas vascos, nada mejor que insistir en que el Plan Ibarretxe “está muerto” y que no son los socialistas, sino los nacionalistas, los que han cambiado

Aunque el Estatuto soberanista catalán es y seguirá siendo el principal centro de atención política y mediática, no hay que perder tampoco de vista el paulatino acercamiento del PSOE a las tesis del PNV y al denominado Plan Ibarretxe, con el que los nacionalistas vascos insisten en acabar con el Estatuto de Guernica y la Constitución del 78.
 
Como recordarán los lectores, el PNV ratificó recientemente sus tesis separatistas en un documento de quince páginas, que no sólo ha sido positivamente recibido por los proetarras, sino también por el partido socialista. Si para Otegui el documento incorpora "reflexiones e ingredientes válidos para la superación del conflicto", para el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, el documento es "una prueba de que el PNV circula por el camino de la racionalidad política".
 
Que un dirigente batasuno respalde un documento que, en esencia, viene a revalidar la propuesta de Nuevo Estatuto Político –que es como los nacionalistas llaman al Plan Ibarretxe– es perfectamente lógico, puesto que los proetarras votaron a favor del mismo en el parlamento autonómico. Lo que es, en cambio, significativo es que los elogios a ese documento del PNV provengan también de una formación que, como el PSOE, votó en contra de ese proyecto secesionista, tanto en el parlamento autonómico, como en el nacional.
 
En cualquier caso, esta "nueva" actitud del PSOE no nos debería sorprender a nadie. En aquellos momentos de debate del desafío nacionalista vasco, la llegada del Gobierno del 14-M era demasiado reciente, y el Pacto por las Libertades, si bien ya estaba muerto, estaba todavía demasiado caliente como para que ZP se prestara en el País Vasco a hacer lo mismo que ya se disponía hacer en Cataluña. A saber; aislar al PP y sumar sus votos a los independentistas para consensuar con ellos el fin del actual Estatuto de autonomía.
 
Ahora todavía sigue siendo pronto, y, sin una tregua de por medio, el PSOE no va a llegar en el País Vasco a consensos con los separatistas como los que ha llegado en Cataluña. Pero la similitud del plan Ibarretxe con la "propuesta estatutaria" de Maragall y compañía, no es sólo una apreciación del PP, sino del propio presidente socialista catalán que dijo que eran "iguales en el fondo, aunque diferentes en las formas". Y es que la similitud de ambos proyectos, al margen de las cuestiones de "fondo", también la deja en evidencia el hecho de que las mismas formaciones que respaldaron el plan Ibarretxe, apoyan el Estatuto catalán.
 
Desde luego, lo que ya ha empezado a hacer al PSOE, es maquillar su cambio ante la opinión pública. Y, precisamente para hacer más presentable su acercamiento a los separatistas vascos, nada mejor que insistir en que el Plan Ibarretxe "está muerto" y que no son los socialistas, sino los nacionalistas, los que han cambiado. En esa línea, José Blanco ha manifestado que el Plan Ibarretxe "ha pasado a la historia" y que el PNV "ha recuperado el sentido común". Vamos, como si el nuevo documento del PNV, que tan positivamente han valorado los socialistas como los proetarras, no viniera sino a reivindicar el Plan Ibarretxe, y las tesis del Estado libre asociado, la negociación con ETA y todos los postulados tradicionales del nacionalismo vasco.
 
Blanco, incapaz de aportar un solo dato de contraste entre lo que ahora elogia del PNV y ese Plan Ibarretxe que supuestamente sigue rechazando, lo único que dice es que el Plan Ibarretxe "dividía la sociedad vasca". Ciertamente, no hay nada como sumarse a los nacionalistas para que estos dejen de dividir. A esto es a lo que debe llamar Blanco "circular por la senda de la racionalidad política".

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