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EDITORIAL

Persecución institucional y callejera

No hay que extrañarse de que el presidente del Gobierno del 14-M no condene este acto contra la COPE, pues tampoco condenó los acosos a las sedes del PP del 13-M de los que tanto se vanagloriaron los autores del 11-M

No se ha tratado de un acto espontáneo de un puñado de exaltados incontrolados. Los cinco separatistas enmascarados y mal aseados que se han encadenado a las puertas de la cadena COPE, exigiendo su cierre e insultando a cuantos ciudadanos se acercaban a firmar su adhesión a los periodistas acosados, perpetraban su acoso y provocación siguiendo una estrategia perfectamente diseñada, coordinada y justificada por la dirección de ERC, aliada de José Luis Rodríguez Zapatero. Por dos veces le ha pedido Rajoy a Zapatero que condenara los hechos; por dos veces el presidente ha rehuido hacerlo. Para colmo, su dos socios parlamentarios Joan Puig y Joan Tardá, tras mostrar su solidaridad con el diario proetarra Egunkaria –clausurado en su día por el juez Juan del Olmo– han arremetido contra la COPE y contra el PP a los que han acusado de "no tener suficiente con 40 años de fascio".
 
No hay que extrañarse de que el presidente del Gobierno del 14-M no condene este acto contra la COPE, pues tampoco condenó los acosos a las sedes del PP del 13-M de los que tanto se vanagloriaron los autores del 11-M. De hecho, tampoco Zapatero ha condenado algunos de los últimos atentados incruentos de ETA. Su oferta de negociación a la organización terrorista es tan firme como inamovible es su voluntad de aislar políticamente al PP. Y a la vista está que esa estrategia de intentar contentar al "Club de Perpiñán", no la va a poner en riesgo una condena presidencial por unos actos en los que separatistas vascos o catalanes no han vuelto –todavía– a derramar sangre. Todavía.
 
Por otra parte, ¿acaso no es Zapatero cómplice del acoso político y administrativo que socialistas y separatistas catalanes están llevando a cabo contra la COPE? Si es indignante el acoso callejero contra este medio de comunicación, todavía lo es más el que se está perpetrando a través de organismos liberticidas como el CAC, con el apoyo, no sólo de los separatistas, sino también de los socialistas.
 
En cualquier caso, es necesario que toda Europa sea consciente de lo que ya no condena un Gobierno europeo desde el 14 de marzo de 2004. ¿Hasta dónde es capaz de llegar Zapatero? ¿También se negaría –por ejemplo– a condenar los asesinatos perpetrados por ETA, Terra Lliure o el GRAPO durante el franquismo? Lo decimos porque sus acosadores y radicales socios de gobierno, no es que legitimen las "organizaciones armadas antifranquistas", es que acaban de presentar una propuesta para que se les indemnice "moral y económicamente".
 
Si en nombre del "antifranquismo" se legitima el asesinato y, a su vez, se tildan de "franquistas" a los periodistas de la COPE, estos tienen perfecto derecho a temer algo más que un acoso o un liberticida cierre de emisoras. ¿Un tiro en la rodilla, un tiro al corazón?

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