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Juan Carlos Girauta

Diplomafia

Curro es un campeón del apaciguamiento. Ha depurado tanto su técnica ante Marruecos que a estas alturas es capaz de rendirse preventivamente antes que nadie.

La política exterior y de seguridad europea es tan eficaz que, en caso de crisis, cuando sus responsables todavía están discutiendo la conveniencia de usar ciertos términos en un comunicado, los Estados Unidos ya han analizado el problema, han diseñado la estrategia a seguir y la han puesto en práctica con dinero, energía y, si hace falta, tropas. Los asuntos que afectan a nuestro continente no son una excepción. Más bien son la regla. Recuérdese el conflicto de los Balcanes, que cauterizó el siglo XX en el mismo Sarajevo por donde había nacido herido.

Javier Solana, hoy llamado a hacerle la cama municipal a Trinidad Jiménez, sabe bastante de todo esto: de eficacia en los Balcanes y de inoperancia diplomática en Europa y desde Europa; mandó en la OTAN y ahora es Mr. PESC. Muy puesto en su nuevo papel, ha advertido de las graves consecuencias de retirarle a la Autoridad Palestina los 500 millones de euros anuales con que financiamos la pútrida burocracia legada por Arafat a mayor gloria de su viuda y de glamorosas veladas parisinas. Sería un error, opina, dejarlos en la estacada ahora que Hamas ha ganado las elecciones.

Es una actitud muy europea, un tanto sofisticada, que los primarios americanos no pueden entender: ¿no era Hamas, según la propia UE, una organización terrorista? Ya digo, primarios.

Hamas no es sólo una organización terrorista. Es una red de dependencia que crece desde las mezquitas y que funde los servicios asistenciales con el activo odio antisemita. Como ha recordado Daniel Jonah Goldhagen en El País, Hamas reproduce en su Carta fundacional la siniestra colección de prejuicios e infamias propia de los ideólogos del nazismo. Y aun de más atrás: su artículo 32 cita los Protocolos de los Sabios de Sión.

Moratinos, que aprendió mucho de su admirado Arafat, se anticipó a la victoria electoral de Hamas y a las admoniciones de Solana. Curro es un campeón del apaciguamiento. Ha depurado tanto su técnica ante Marruecos que a estas alturas es capaz de rendirse preventivamente antes que nadie. Ya verán cuando lo de Irán se caliente. O sea, ya.

La diplomacia europea es a vecesdiplomagia, cree que los buenos deseos de paz y prosperidad se harán realidad aplicando el término lingüístico adecuado, la fórmula mágica. Otras veces es directamentediplomafia, y los buenos deseos ni aparecen. Las acciones y, sobre todo, las omisiones de nuestros diplomáticos de paja demuestran que, si por Europa fuera, el Estado de Israel desaparecería del mapa. ¡Qué digo! Si por Europa fuera, el Estado de Israel no habría llegado a aparecer en el mapa por falta de judíos.

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