(Esta opinión extraída del blog de Luis del Pino fue publicada este martes a raíz de la primera entrega de El Mundo sobre su entrevista con Mario Gascón.)
Publica hoy Antonio Rubio en El Mundo una exclusiva, fotografías incluidas, con las declaraciones de Mario Gascón, el confidente de la Guardia Civil huido de España a raíz del 11-M.
Lo primero que hay que decir es que El Mundo vuelve a dejar en evidencia a la Justicia española, al conseguir localizar y entrevistar a ese testigo al que el propio tribunal del 11-M fue incapaz de traer a declarar al juicio. Así que de nuevo se apunta el periódico de Pedro J. un tanto frente a aquéllos que pretenden dar por cerradas las investigaciones de la masacre de Madrid, de la que cada día conocemos nuevos datos.
Dicho esto, de la lectura detallada de las informaciones que trae hoy El Mundo se desprende que el propio Antonio Rubio y el editorialista del periódico se toman con gran cautela las declaraciones de este confidente. No de otra forma cabe interpretar las numerosas alusiones, dentro del cuerpo de la información, a que no está nada claro que en los trenes estallara esa Goma2-ECO de la que el confidente habla.
No es para menos esa cautela, porque en el relato de Gascón se detectan, incluso dejando al margen el tema de qué fue lo que estalló en los trenes, muchas incoherencias. Por ejemplo, Gascón afirma que él y Zouhier, por encargo de la UCO, ofrecieron la Goma2-ECO de Mina Conchita a colombianos, búlgaros y rumanos desde el verano de 2002, para después afirmar que la UCO hizo caso omiso de las advertencias de Zouhier hasta octubre de 2003.
¿A qué advertencias se refiere? Si él y Zouhier estaban ofreciendo dinamita por encargo de la UCO desde 2002, ¿de qué tenía que advertir Zouhier a la UCO? ¿Advirtió Zouhier a la UCO de que la UCO estaba poniendo dinamita en el mercado y la UCO hizo caso omiso de esas advertencias? Es completamente absurdo, porque se trata de afirmaciones contradictorias: o es verdad que Gascón y Zouhier ponían explosivos en el mercado por orden de la UCO, o es verdad que existía en Asturias una trama de tráfico de explosivos que la UCO no investigó a pesar de las advertencias de Zouhier, o no es verdad ninguno de los dos episodios. Lo que no pueden ser es las dos cosas verdaderas simultáneamente.
Dice también Gascón que conocía muy bien a El Chino. ¿Y cuánto de bien le conocía, pregunto yo? Porque el propio Gascón declara que vino a Madrid en 1999, muy poquito antes de que, según nos cuenta la versión oficial, El Chino ingresara en un centro de internamiento, se fugara y pasara a Marruecos, no volviendo hasta agosto de 2003. ¿Le conoció antes o después de su estancia en Marruecos? ¿Cuánto de bien pudo llegar a conocerle entre la llegada de Gascón a Madrid y el paso de El Chino a Marruecos, o entre la llegada a Madrid de El Chino en 2003 y la fecha de los atentados? ¿O es que El Chino, en realidad, no se fue a Marruecos?
Lo que es indiscutible, porque así está reconocido en las propias declaraciones de los miembros de la UCO, es que existía una trama muy extraña controlada por esa unidad de la Guardia Civil. Una trama en la que resulta difícil distinguir en qué punto empieza el delincuente y dónde acaba el confidente. Y la entrevista de Gascón viene a arrojar más sombras sobre esa trama que no sabemos si participó en los prolegómenos del atentado o, lo que es más probable, si alguien la utilizó como cortina de humo para tapar a los verdaderos autores del 11-M. En cualquier caso, esperemos a futuras revelaciones relacionadas con este confidente.
Pero, de todos modos, creo que lo más importante de lo que hoy publica El Mundo es el berrinche que se habrán llevado algunos que pensaban que las investigaciones del 11-M habían acabado una vez emitida la sentencia. Supongo que hoy habrán comprendido que no es así. Les auguro que en los próximos días y semanas tendremos la oportunidad de conocer nuevas piezas del puzzle. Por lo pronto, hoy mismo anunciaba Pedro J., en la tertulia de Federico Jiménez Losantos, más madera para mañana.
Comente este artículo en el Blog de Luis del Pino en Libertad Digital, "Los enigmas del 11-M"

