Menú
Antonio Golmar

Liberales, progre-fascistas y otras hierbas

En los últimos tiempos se han creado diversas plataformas que amalgaman el anti-capitalismo y la anti-globalización, el nacionalismo español de raíces carlistas y la restauración, por la fuerza del Estado, de sus valores tradicionales

"Un Estado lo más pequeño posible y tan grande como sea necesario". Así reza el lema del Partido Libre Democrático, Los Liberales (FDP), uno de los grandes beneficiados por el desplome de los social-cristianos en las elecciones celebradas el domingo pasado en Baviera (12,5 millones de habitantes). Con un 8% de los votos, esta formación política, que en las generales de 2005 obtuvo el 10% de los sufragios a nivel nacional, entrará por fin en el parlamento bávaro.

El auge del partido liberal alemán se debe a su defensa de las reformas económicas a las que tanto socialdemócratas como democristianos han renunciado. Además, su éxito entre los jóvenes le ha convertido en el sucesor del voto rebelde y contestatario que en los años 80 llevó a muchos menores de 30 años a apoyar a los ahora decadentes Verdes.

Conscientes del peligro que supone la tiranía de la mayoría, Los Liberales han hecho suya la advertencia de von Mises ("si renunciamos al principio de que el Estado no debe interferir en ningún asunto concerniente al modo de vida individual, terminaremos regulando y restringiendo éste hasta sus detalles más mínimos") y también propugnan un liberalismo social. Se alejan así del paradigma de la Nueva Derecha, consistente en una economía más o menos capitalista y una sociedad dominada por valores que, como indica David Boaz, vicepresidente del CATO Institute, se corresponden con una "una visión fundamentalmente reaccionaria del mundo, un rescoldo de los tiempos pre-capitalistas".

Los mismos equívocos que sufren algunos neocons se manifiestan en la llamada derecha identitaria, denominada por otros nacional-populismo y conocida por la mayoría como extrema derecha. (Por cierto, el término "neoconservadurismo" fue acuñado en 1940 por el historiador americano de origen alemán Peter Viereck, hijo de un poeta autor de varios libros de temática gay y convertido en propagandista nazi, para designar una ideología que aceptaba el capitalismo, aunque sin renunciar a la defensa de la moralidad y de la pureza definidas según parámetros tradicionales, campos en los que no admitía la entrada del laissez faire y el igualitarismo liberales. ¿Es la ideología neoconservadora fruto de la lucha de un hijo contra los pecados de su padre? Las biografías, y no sólo las ideas, tienen consecuencias, a veces equivocadas).

El pasado domingo, casi un tercio de los votantes austriacos otorgaron su confianza a dos partidos que defienden la pureza étnica del país, elogian las políticas económicas y de bienestar de Hitler porque beneficiaban a los más débiles de la sociedad, critican la globalización y, como en el caso de Heinz-Christian Strache, del Partido de la Libertad (nada que ver con los liberales alemanes), usan y elogian a personajes como Ernesto "Che" Guevara, Hugo Chávez y Barack Obama. Más que ultraderechistas, estos políticos son nacional-bolcheviques, una corriente obrerista del fascismo que en España cuajó entre los falangistas de izquierdas.

Por desgracia, no existe en nuestro país nada comparable al FDP alemán, con algunos de cuyos simpatizantes he tenido el honor de compartir trinchera en foros académicos y políticos en Europa y EE.UU. Aquí ni siquiera hay un movimiento con la fuerza suficiente como para influir la política de alguno de los dos grandes partidos. En cambio, en los últimos tiempos se han creado diversas plataformas que de un modo u otro amalgaman el anti-capitalismo y la anti-globalización, el nacionalismo español de raíces carlistas (o incluso pre-modernas) y la restauración, por la fuerza del Estado, del único estilo de vida que ellos consideran coherente con los valores tradicionales, pues piensan que todo lo demás es nihilismo (la sombra del fantasma de George S. Viereck es alargada).

Es el caso de Foro Arbil, un colectivo defensor de los "principios genesiacos" y en cuya página de internet podemos leer textos en los que se acusa al "relativismo liberal" de la pobreza y el aborto y se defienden entre otros el Estado confesional, la reconquista del Norte de África y la vuelta a los tercios franquistas. También se vierten duras acusaciones contra los judíos, a quienes se achaca la invención de la primera y mala Inquisición, siendo la buena la introducida en Castilla por los Reyes Católicos. Por otra parte, la crítica a la economía de mercado y a la globalización es uno de los asuntos más frecuentes en sus artículos y editoriales.

El pasado 16 de septiembre, el sector del PPC liderado por la diputada autonómica Montserrat Nebrera, quien en numerosas ocasiones se ha definido como liberal, presentó su candidato a la jefatura del partido en la provincia de Barcelona. Es Santiago Gotor, notario de profesión y presidente de Foro Arbil en Cataluña. El candidato del aparato es el ex nebrerista Antonio Bosch, afiliado desde la pasada primavera y presidente de la fundación Persona, una organización confesional. ¿Es la versión castiza del anti-liberalismo a la austriaca la única alternativa a Rajoy? ¿Es inevitable que el PP, con o sin Rajoy, se convierta en un partido nacional-católico? ¿Todo vale contra Zapatero? No debería.

En Múnich vuelve a salir en sol mientras en Viena y en Barcelona amenaza tormenta. La borrasca podría extenderse a otras regiones de España. ¡Dios nos pille confesados!

En Sociedad

    0
    comentarios