Llegarás muy pronto, enero,
y, por favor, no te asustes
si Rodríguez Zapatero
echa otra vez sus embustes.
Y tú, febrero, después,
tan desapacible y gris,
serás el segundo mes
en que miente José Luis.
Contigo, marzo ventoso,
mes de sopas y legumbres,
Rodríguez, el mentiroso,
no variará sus costumbres.
Y tú, tierno mes de abril,
que a los poetas inspiras,
oirás cien veces y mil
sus repugnantes mentiras.
Tú, mayo, mes de las flores,
también notarás que miente,
como en meses anteriores,
el que está de presidente.
Contigo igualmente, junio,
cuando el calor se acrecienta,
tendremos el infortunio
de que Zapatero mienta.
Ay, julio, mes del estío,
cuando tú llegues, verás
cómo nos miente este tío
cada vez un poco más.
Mes de agosto, vacación
en la que España se aquieta:
contigo no hará excepción
seguramente este jeta.
Septiembre, con tu venida,
en la que el curso comienza,
Zapatero consolida
su poquísima vergüenza.
Y tú escucharás, octubre,
cuando el cristal ya se empaña
y el suelo de hojas se cubre,
patraña sobre patraña.
En ti, noviembre, mes triste,
para pasear a solas,
seguro que el presi insiste
en colocarnos sus trolas.
Y tú, diciembre, el extremo
de otro larguísimo año,
verás también, me lo temo,
cómo prosigue el engaño.
En fin, que el año que viene,
si el mundo en su órbita gira
y el tiempo no se detiene,
continuará la mentira.
Dejad que mi copa eleve...
A pesar de todo, brindo
por un feliz 2009.
¡Que yo tampoco me rindo!