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Meditación francesa

España en los labios de Sarkozy no es una "nacioncilla" de esas que Zapatero estimula a favor de su empresa socialista, sino que España es una gran Nación. Quizá sea la parte más seria y vertebrada del discurso político del presidente de Francia.

El_Erast dijo el día 30 de Abril de 2009 a las 08:38:


Don Adolfo el artista y la falacia nacionalsocialista

Adolfo Hitler tenía algo de poeta y de metafísico. En el fondo era un espíritu fino. Realmente su ebriedad es fascinante. Pero no la venero, la admiro como aprendiz, porque de todo uno es aprendiz, y como crítico. No, no la venero. Soy capaz de más y de mejor. De más poesía, de más metafísica. Y mejor: crítico con mis propias verdades. Es muy fácil para nosotros, ahora que ya sabemos la historia, reirnos irónicamente y detectar fanatismos. Bien, esta es la lectura pequeña: que lee sabiendo ya el futuro de lo que ocurrió. Yo pido a los lectores de Hitler, y pido que haya lectores de Hitler, que lean con epoché, sin dar por supuesto nada. Hagamos una lectura fenomenológica de Mi lucha este Mayo, este Junio. Que lean con ojos completamente teóricos ustedes a Hitler durante esta priamvera-verano. La teoría no hace daño. La Idea no es acción. Todavía. No, por favor, no confundamos los términos. Quien busca la verdad no puede partir de que ya sabe cual es la verdad: "tolerancia, pacifismo, humanidad, igualitarismo, internacionalismo, derechos, alteridad, diferencia", etcétera. Quien busca la verdad ha de leer al menos a Adolfo Hitler una vez en su vida, para ver la radicalización máxima y efectiva de una tesis metafísica, su realización efectiva en la Acción, a lo Fichte, y su poetización, a lo Goethe. Por lo demás, con todo el enorme acerbo cultural de la ebriedad de la música, la identificación con Wagner, el mito, la teatralización y cierto conocedor de las doctrinas de Nietzsche y Schopenhauer, tenemos un espíritu que lejos de lo que parece, tenía una pequeña filosofía detrás. Una filosofía fascista que nadie enseña y se debiera conocer en las escuelas, enseñarla en una asignatura llamada extremos de la reazón, límites de la Idea. Igual con Sade. A todo filósofo, o por lo menos a alguien que sea un poco erudito de las Ideas, le tiene que interesar y provocar cierta curiosidad todas las variedades que con las ideas se puedan hacer. La filosofía fascista, la filosofía racista, o la sadista, es un ejemplo de ella. En la Idea, todo está permitido y son muy curiosas estas "filosofías", si se puede llamar así de corte tan extremo y en parte, tan original por su decidida excentricidad y locura. Como Idea hasta se las puede tener simpatía, provocar gracia la locura de sus plantaemientos. Y al mismo tiempo, aprender de ellas y rescatar, lo rescatable.


Una Idea la de Hitler, la nacionalsocialista, por lo demás, sin fundar del todo, y en parte, superficial. Por eso Hitler, aunque en esencia podría haber sido un espíritu fino, como he dicho que lo era, fue un vulgar manoseador de la Idea: manoseó una pequeña metafísica para el pueblo y no permitió su crítica. La creación del hombre nuevo propuesta por él no es más que una vulgar y falsa imagen del übermensch zaratustriano. Un hombre débil con una nueva fe que no ha superado la dureza de la auténtica sabiduría aristocrática, tan lejos de las masas, esas moscas del mercado a las que Hitler enardeció con sus discursos. Por eso era vulgar con la Idea aunque ciertamente algo fino y poeta. Cometió la atrocidad de llevar a cabo una Idea vulgar. Pero leamos por lo demás, leamos a Hitler pues, como se lee a un clásico y aprendamos de sus errores. Las otras lecturas, ya están muy vistas.

¿Queremos al empezar a leerle, llegar como conclusión al punto desde el que ya partíamos de antemano?. Bien, entonces, ¿a qué tipo de sabiduría auténtica aspiramos?. A ninguna. ¿ Y cuál practicamos?. La nuestra. Y en verdad, entonces, ¿ qué tipo de conocedores somos nosotros?. Unos farsantes, gente, poco de fiar. Aquellos legitimadores del hoy que practicaron justo el contrario del precepto: conócete a ti mismo. Aquellos que se engañaron a sí mismos y luego engañaron, así, a los demás.
Decía el gran Schopenhauer que filósofo es aquél que se atreve a no suprimir ninguna posible pregunta. Yo les insto a ustedes a que se atrevan a suprimir momentáneamente las verdades con las que ya cuentan para no cerrarse de antemano. A nada. Que lo terrible sea también posible. La teoría no hace daño. La Idea no es acción. Todavía.

Lo primero que debemos saber es que el nacionalsocialismo auténtico y originario, como deberíamos saber para nuestro bien y fácil detección en el discurso de ciertos peligros, no es la expresión de unas ideas vulgares, simples y caprichosas así por así: "matar al judío, crear una raza superior, exterminar a comunistas, homosexuales, gitanos, dominar el planeta", etc. Eso dicho así es ridículo, infantil, simple, una irrealidad para con el discurso originario, pura caricatura. Nadie lo creería. Sólo un imbécil podría creer en tales cosas dichas así sin más. Nadie habló de esta forma en su tiempo. El discurso de Hitler poseía su belleza, y aunque el contenido de ello fueran muchas veces judíos, hay que reconocer el valor de la poetización metafísica en Hitler y la voluntad de acción, de realización de la Idea. ¿Que fue una locura?. Bueno, pero ahora no tenemos en cuenta el contenido, que por supuesto no legitimamos. Tenemos que darnos cuenta que podemos imitar ciertamente a Hitler afirmando cosas contrarias, por ejemplo. Un poner.

El discurso hitleriano parte de unas premisas metafísicas que nunca se dicen y que contextúan sus conclusiones. No confundamos las conclusiones: exterminio, medios para llevarlo a cabo, etc, con las premisas. Las Ideas se malversan cuando se comete esta falacia. El nacionalsocialismo no es tampoco una doctrina política, es mucho más. Es una imagen del mundo, es una Weltanschauung y una moral nueva acorde con ella. Como dice Adolfín: " Quien entiende el nacionalsocialismo sólo como un movimiento político no conoce apenas nada de él. Es incluso más que una religión: se trata de la voluntad de crear un nuevo hombre". El nacionalsocialismo es pues, algo mucho más profundo. No llega a filosofía, pero para el pueblo, está bien.
Penetra en los hechos históricos actuales y busca detrás de la apariencia la explicación que da el sentido de la decadencia y la degraciación del momento presente vivido : La disolución del orden social, la momentánea anarquía política, la desorientación tras el derrumbamiento de los valores morales: la "desmoralización" por todas partes. Como Sarjozy en su discurso contra la herencia de Mayo del 68", observa relativismo y nihilismo por todas partes, salvaje neoliberalismo con el sólo poder del mercado, sin la manifestación de una voluntad auténtica como la política genuinamente es. Él quería ser sólo la expresión de una Voluntad encarnada en su figura, no un mero programa abstracto. Observa además Hitler como el espíritu ya no cuenta nada, sólo el dinero; el amor y la fidelidad han cedido ante la mera sexualidad mecánica; la industria desarraiga al individuo, le arrebata todo nexo de unión y toda orientación; la religión ha sido desplazada por intereses materiales. La enorme masa de tierra de Rusia ha caído en manos de los bolcheviques; Norteamérica, por otra parte, bajo la violencia del tecnicismo y el materialismo propios del capitalismo. Así que encuentra un sentido explicativo a esta cruda realidad que se muestra en el fenómeno desde una verdad más profunda: el juego de fuerzas. Penetra en la apariencia de los acontecimientos -luchas políticas intestinas, inflación, transformación de la moral, crecimiento de las ciudades, sociedad de masas, destrucción del medioambiente, aislamiento, tecnificación, etcétera- para desentrañar el sentido de la naturaleza y el sentido histórico más radical que se encuentra detrás. Y, con ello, alcanza una dimensión cósmica. Nos lleva a una posible esencia de la Naturaleza y de la Historia. También del Hombre, como hemos visto. ¿ Cuál es esta verdad?. Ya lo dice Hitler: la lucha por la vida. La verdad de la metafísica universal como una dinámica de fuerzas y el valor del más fuerte. La vida excelsa, la ley divina de la existencia:

"La naturaleza pone a los seres vivos en este globo terráqueo y luego contempla el libre juego de fuerzas. El más fuerte en valor y empeño adquiere, como el hijo más querido, el derecho a ser señor de la existencia. Sólo el que nace enclenque puede considerarle cruel, por ser él mismo un hombre débil y limitado; pues si esta ley no imperara, sería impensable cualquier ulterior evolución orgánica de los seres vivos. Al final siempre triunfa la búsqueda de la autoconservación. Bajo ella, la llamada humanidad se derrite en una mezcla de estupidez, cobardía y culta pedantería, como la nieve bajo el sol de marzo. En lucha permanente la humanidad se ha hecho grande; en la paz perpetua, perece" ( Adolfo Hitler)

Se trata de la lucha y de la mejora del hombre en ella, de ver en la guerra, cierta virtud creadora. Y se cree, y en parte hay fundamentos en este tiempo dado el elevado número de creaciones culturales y científicas, que de entre esas fuerzas, la raza de señores, los pueblos de linaje noreuropeo, se caracterizan por un mayor espíritu firme de voluntad y de fortaleza de Idea, de poder espiritual, es el pueblo que más representa la fuerza soberana y quien ha de dirimir, por tanto, y porque ya ha dirimido además de forma inconsciente con su creación singular destacándose sobre otros pueblos, quien debe dirimir, pues, los destinos de la Historia: llamémosle raza de señores, no ario, que por otra parte no significa en sánscrito más que noble, para no sonar prejuicioso lo que dice Hitler:

"Las manifestaciones de la cultura humana, los logros del arte, la ciencia y la técnica que hoy día se erigen ante nosotros, son casi en su totalidad productos creados por el "ario" ( la raza de señores). Este hecho permite llegar a la nada infundada conclusión de que sólo él pudo ser el fundador de la naturaleza humana por excelencia y que, por tanto, representa el prototipo de lo que entendemos por hombre. Él es el Prometeo de la humanidad de cuya frente luminosa brota el destello divino del genio y se expande por todas partes, una y otra vez inflamada por ese fuego que, transformado en conocimiento, ilumina la noche de los misterios silentes y permite que el hombre ascienda por el camino hacia la dominación del resto de las criaturas de esta tierra. Si esa luz llegara a extinguirse, y tras pocos siglos la oscuridad insondable se cerniera sobre la tierra, la cultura humana se desvanecería y el mundo quedaría devastado".


Pero es una metafísica que tiene dos defectos fundamentales y ahí está el origen de su irreparable mal en el incalculado e incalculable sufrimiento de millones de seres humanos: no es crítica con las propias verdades y es imprudente. Hay una excesiva voluntad de realización de la Idea y poca precisión y rigor en ésta. Importa la Idea como causa de la accíón y sin embargo no se cuida la Idea. Ni se perfila, ni se demusetra ni se permite su crítica. Por lo demás, salvo la falacia de llevar a la práctica una Idea poco fundamentada, pues por muy enorme que sea no deja de ser también una simple falacia lógica, hay que reconocer los méritos poéticos y metafísicos del Führer. Pues él, tenía algo de artista. Como Nerón. Puede.