Señor Agapito, ciudadano demócrata, señora Lledo, cuidadana demócrata, Jiménez Losantos y los compañeros de El Mundo, ciudadanos demócratas. ¿Cuántos faltan hasta un representante político demócrata?
Estoy sorprendido por el poco seguimiento mediático del caso judicial de la AAV11-M y el de la querella del señor Manzano. Es demostrable la magnitud del Ministerio Virtual de Publicidad y Propaganda del gobierno de la nación.
La verdad del 11-M está en la sociedad española, sólo hay que buscarla.
Estimado don Agapito: Que quiere que le diga, a mí todo esto no hace más que confirmarme el marasmo institucional en el que se ha convertido el estado, me explico: ¿recuerda la argumentación de Ortega al mediar en la discusión sobre si en España había o no ciencia? claro las figuras como Ramón y Cajal, etc, destacaban por el desolador paisaje circundante. Es como aquel premio nobel que parafraseaba a Newton:"pude ver más allá por que estaba rodeado de enanos". Que sea noticia que un miembro del poder judicial cumpla con sus imperativos profesionales y no se comporte como un prevaricador de oficio no es buena noticia, es mala, más allá del contenido de la sentencia. Valientes instituciones tenemos los españoles que hemos de depender de la honradez y/o competencia de nuestros magistrados. Eso deberían asegurarlo las instituciones, más allá de las personas que ocupen los cargos.
Encantada de verle y oirle a parte de en "los catedraticos", en ES RADIO
Soberbio artículo! Me pregunto que se le pasará por la cabeza al Juez Bermudez quien no se atrevió a declarar probados hechos como los que ahora se declaran probados. Gran cobarde y gran traidor.
¿Y el juez Velasco? ¿No se le caerá la cara de verguenza por seguir investigando marroquíes de pura tramoya primero (convenientemente) muertos y luego (convenientemente) resucitados?
efectivamente, al final, son personas con nombre y apellidos quienes, como Ud, nos hacen albergar alguna esperanza de vivir en un pais medianamente civilizado donde no haya lugar para atentados lúgubres y siniestros como el del 11-M. ¡Qué menos!