Maginifico artículo, Cristina.
Coindico plenamente con tu unto de vista.
El Profesor Neira es el hombre a atacar porque no responde a la docilidad que de él se esperaba.
Dice las cosas como son, no le importa "no decir las verdades aunque no sean politicamente correctas".
Mi felicitación Cristina.
En España hacen falta un millón de Neiras y sobran 11M...illones de mediocres analfabetos.
Gracias señor Neira por su claridad, sencillez y determinación que están empezando a hacer temblar a los políticos "profesionales" de todos los partidos.
Siga usted.
Oigámosle con atención y actuemos en consecuencia.
Bueno, no estoy muy de acuerdo con este artículo. Yo pienso que Neira se ha destacado por utilizar un lenguaje agresivo, hosco e insultante, cercano al histerismo, contra todos los que defienden ideas diferentes a las suyas. Su manera de expresarse contra todo lo que se menea fuera de su órbita ideológica le hace aparecer ante muchos como un ciudadano no precisamente virtuoso. Y genera antipatías comprensibles, totalmente al margen de que sea de izquierdas o de derechas. Además, sus diatribas tienden a tener a la Constitución y al sistema político español como diana favorita, lo cual no es propio de un cargo público.
Alguien que salta a la fama por un acto encomiable, como es el caso de Neira, puede utilizar esa fama de muchas formas. Creo que Neira se está haciendo un flaco favor. El que se sube al escenario se expone a que le tiren tomates. A Neira nadie le ha pedido que se pasee por televisiones y radios soltando soflamas fuera de sí. Si esperara inmunidad frente a sus insultos, se estaría comportando como un cobarde que insulta sabiendo que no se le puede responder.
Neira no me gusta. Lo siento. Su imagen se ha devaluado inmensamente en muy poco tiempo. El hombre sereno, inteligente y valiente que imaginábamos se conduce en público con los modales de un concursante de Gran Hermano.
Me parece que ha dado usted en el clavo. La rebeldía del hombre-masa hacia el hombre-noble, no en términos de clase (económicos) sino -si se me permite decirlo así- de hombría, de fortaleza moral, está perfectamente escrito en un gran libro español, que no se lee lo suficiente (hay que ser español para despreciar, por ignorancia, nuestro pasado): La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset.
Aprovecho para expresar, al improbabilísimo lector de comentarios, una idea que me ha sugerido esta columna: hay que colaborar en subvertir la idea (falsa en muchos aspectos) de la inferioridad cultural de la historia de España respecto de la de otros países.
Así que, ¡menos exportación de ideas extranjeras!, que sólo resulta en una repetición pedante y vulgar -como si el español no pudiese producir algo tan bueno o mejor que el francés o el inglés-, y ¡más estudiar nuestra cultura, más pensar en español! El libro de Ortega como prueba.
No olvidar lo inolvidable. Efectivamente, a quien se sale del rebaño hay que lapidarle. Esta es la "maxima" sociata.