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Drogas y menores de edad

En muchas de las problemáticas a las que nos enfrentamos los liberales, la legislación es una para los mayores de edad y otra muy diferente para los niños y adolescentes.

ongietor dijo el día 18 de Mayo de 2010 a las 14:03:

Efectivamente, la legalización no es solución. Incluyamos la prostitución, el juego, ¡y las apuestas! qu arruinan también muchas vidas: estudiantes que se gastan la matrícula, el pan de los hijos. Mal vamos si no se lucha ya ni de entrada contra todos esos males que acechan, al mayor, y al menor ¿Vamos a tener que incapacitarnos todos para poder perseguir los negocios del mal?

paserifo dijo el día 15 de Mayo de 2010 a las 21:00:

Eso de que legalizar las drogas “recreativas” «reduciría la alianza del narcotráfico y el poder político, reduciendo la corrupción» no parece cierto.

Si dejara de estar perseguido, las plantaciones no pasarían a ser un cultivo más, con unos impuestos como el de una lechuga, y nadie sería libre de iniciar su plantación de hoja de coca, por ejemplo, o su laboratorio de producción de sustancias refinadas, porque los que ya están en ese negocio no dejarían que llegara cualquier mindundi a hacerles la competencia. Aunque haya leyes antimonopolio (que tampoco está tan claro que favorezcan a la libre competencia, como se pretende) es imposible que los que hoy están fuera de la Ley y que viven en el imperio de la violencia y las amenazas mañana se conviertan en probos ciudadanos y escrupulosos cumplidores de la ley y del respeto al prójimo.

¿Desde cuándo el Estado se preocupa por la Ley más que por sí mismo, por su continuidad y crecimiento vigoroso?

Por otra parte, lo que no se puede pretender desde la posición anarcoliberal es que toda decisión de una persona sobre sí misma o sobre otras que dependen de ella (hijos, ancianos, etc.) sea la correcta o la mejor sólo porque no no existe el Estado y porque ningún burócrata se ha inmiscuido. Decir que un padre sabe qué es lo mejor para su hijo es lo misma estupidez que decir que el Estado sabe qué es lo mejor para todos y cada uno. Pero tampoco es necesariamente cierto que la decisión de uno sea la mejor o que la decisión externa sea incorrecta.

El verdadero problema de los vicios no es tanto el vicio en sí como lo útil que resulta su existencia para controlar a las personas, para recaudar más dinero, para avergonzar y destruir a enemigos, para atontar a los ambiciosos y críticos, etcétera.

UrbanMin dijo el día 15 de Mayo de 2010 a las 19:45:

Claro que legalizar las drogas llevaría a situaciones absurdas, aparte de trágicas.

Por ejemplo, si los progenitores son yonquis legalmente, sería legal que procuraran que sus hijos lo fueran, que les diera igual si lo son o no, que les diera igual el tratamiento o no de sus enfermedades congénitas (por otros yonquis) suponiendo que consiguieran engendrar hijos vivos,... Lo mismo podría aplicarse a jueces y autoridades policía incluida,... Debería ser legal ingerir cualquier tipo de medicamento y en cualquier cantidad que uno pueda pagar, incluirlos (así como las drogas, insecticidas, sustancias explosivas y otras hierbas) en la composición de alimentos y bebidas (¿con tal de avisar? y qué tiene la anilina que no tenga la pimienta, ¿eh?),... ¡Si la libertad es pa'tó pues es pa'tó!

Las ideologías fanáticas y negacionistas de la realidad se enfrentan a este tipo de problemas: intenta uno de vez en cuando sugerir que tal aspecto de la realidad "real" no está bien como está en base a vaya a saber qué principio supremo, pero se encuentra con que los infinitos cabos sueltos del resto de la realidad deben ser atados para poder producir una solución coherente (ni buena ni mala ni regular a priori, coherente, aunque suele ser mala-malísima).

Lo explicó mejor Luis del Pino en un artículo dedicado a cómo los servicios secretos se inflitran en los movimientos de ideología extremista para que no consigan ganar muchos adeptos y evitar que los que ya hay estén muy unidos. Como cualquier premisa es absurda y tiene millones de cabos por atar, es fácil producir millones de opiniones sobre ella incompatibles entre sí, aunque todas sean igual de absurdas.

Pues hala, en plan CNI :p : "nuestro movimiento de individuos mentalmente superiores necesita peña con cerebro, y las drogas lo destruyen, así que deberíamos abogar por la ley seca" XD .

Ya en serio y sobre el tema: existen infinitos intereses, llámenlos "sociales", "individuales", "liberales", "comunistas" o como les dé la gana, en QUE LA GENTE NO SE DROGUE. La droga es incompatible con la vida, el trabajo, el pensamiento y el ocio. La sociedad y la industria y las empresas irán tanto mejor cuanto menos consumidores de droga haya. Y hete aquí que la ilegalidad de las drogas supone una barrera importante, no invencible pero importante, que evita mucho consumo.

El status legal del consumo de droga no es la única barrera, también existen los que cabría llamar "sociales", "morales" o "ideológicos". Gracias a ellos el consumo de alcohol era mucho menor hace 20 ó 30 años, sobre todo de adolescentes (de niños sencillamente no había, salvo algún caso individual muy marginal, mientras que ahora es un procentaje cualificado). La pérdida de esa convicción llevó a la necesidad, que antes no existía, de legislar sobre la venta de alcohol y tabaco a menores, aunque alguno sugiere mentirosamente que fue al revés.

Drogas legales e ilegales: es conocido que el alcohol y el tabaco en cantidades juiciosas (es decir, tirando a bajas) son perfectamente compatibles con una vida normal y no suponen ninguna gran merma de salud o facultades (esto con los matices de cada droga pues son bastante diferentes). Salvo accidente, se llega a viejo lúcido y con buena salud general. Esto no se puede afirmar de ninguna otra droga.

Las "sobredosis" de drogas ilegales a veces lo son en términos absolutos, pero la mayoría lo son en términos relativos: la salud del yonqui se va deteriorando con cualquier cantidad de sustancia, y llega un momento en que su cuerpo ya no tolera "lo de siempre". Repito que esto no ocurre con alcohol ni tabaco mientras no se abuse.