La analogía correcta sería que, después de haberse cargado la desgravación de la vivienda, los tribunales declararan ilegal ese cambio: evidentemente, los ciudadanos afectados tendrían derecho a reclamar a Hacienda el dinero que ilegalmente les quitaron.
jorgegvr dijo el día 27 de Octubre de 2010 a las 20:54:
Espero que usted, Daniel, se haya dado cuenta por fín del error al defender a sociedades como SGAE, tal y como hizo en un artículo de opinión del 12 de octubre del presente año.
No me malinterprete; entiendo perfectamente su defensa de la justicia, referente al ataque que recibió la SGAE. No son formas de tratar a un oponente.
El problema, Daniel, es que jugamos con unas reglas que las sociedades de autores no cumplen. Si, como puedes ver, no cumplen con la ley ni la justicia. ¿Crees que hay posibilidades de ganar la partida?.
Sólo podremos obtener justicia -ganar la partida- si seguimos las mismas reglas que ellos, si nos unimos y nos sacrificamos más que ellos. Si te dan un golpe, devuelves diez. Si te suben el canon en una memoria USB, la cuidas para no tener que comprar otra en muchos años. Por poner un ejemplo.
¿Alguien se ha parado a pensar el inmenso poder que reside en nuestras carteras, en que la toma de ciertas decisiones pueden acabar con un artista, o con un empresario o incluso un gobierno?.
No conocemos el poder que como consumidores tenemos.
Espero que usted, Daniel, se haya dado cuenta por fín del error al defender a sociedades como SGAE, tal y como hizo en un artículo de opinión del 12 de octubre del presente año.
No me malinterprete; entiendo perfectamente su defensa de la justicia, referente al ataque que recibió la SGAE. No son formas de tratar a un oponente.
El problema, Daniel, es que jugamos con unas reglas que las sociedades de autores no cumplen. Si, como puedes ver, no cumplen con la ley ni la justicia. ¿Crees que hay posibilidades de ganar la partida?.
Sólo podremos obtener justicia -ganar la partida- si seguimos las mismas reglas que ellos, si nos unimos y nos sacrificamos más que ellos. Si te dan un golpe, devuelves diez. Si te suben el canon en una memoria USB, la cuidas para no tener que comprar otra en muchos años. Por poner un ejemplo.
¿Alguien se ha parado a pensar el inmenso poder que reside en nuestras carteras, en que la toma de ciertas decisiones pueden acabar con un artista, o con un empresario o incluso un gobierno?.
No conocemos el poder que como consumidores tenemos.