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Por favor

A Zapatero se lo ha acabado cargando la economía. Ya ves tú, la economía. No tenía ni idea de economía, ni le importaba lo más mínimo, ni había ganado las elecciones para hacer en el Gobierno nada que tuviera que ver con la economía.

et_rusk dijo el día 10 de Julio de 2011 a las 20:50:

Es interesante que en estepais un ministro de interior, uno de los organizadores del GAL y de la matanza 11-M tranquilamente se presenta como el futuro Presidente.
¿estamos todos locos?

grusero dijo el día 10 de Julio de 2011 a las 13:42:

Hablar de desastre con casi 8 millones de bobotontos es muy atrevido. Total, solo tienen que esperar a que la cosa mejore levemente para que el ganado español se olvide de lo anterior , volver a sacudirlos en la calle y hala, a la Moncloa a continuar la obra de desescombro.
El socialismo solo es expulsado cuando no queda dinero en la caja, pero sus leyes adoctrinadoras permanecen, pues aquí no contamos con una Tatcher o un Reagan, y desde luego la gente de derechas no se merecen un liderazgo de ese tipo desde el momento en que aceptan a un tipo de la catadura de Rajoy.

Shaun007 dijo el día 10 de Julio de 2011 a las 12:12:

PSOE: No gracias

2 dijo el día 9 de Julio de 2011 a las 20:03:

Más claro, agua. Excelente columna.

faq11m dijo el día 9 de Julio de 2011 a las 15:57:

Muy de acuerdo con tu artículo, Maite.

El socialismo no es más que un cáncer que ha enviado a media España al paro.

Dos veces.

Zapatero es sólo un venido a más que no tenía NPI de economía. Tampoco le preocupaba. Su obsesión era encontrar la caja siempre bien llena, para trincar el dinero y repartirlo entre sus colectivos-mascota y otros estómagos agradecidos.

Se acabó el dinero.

Se acabó Zapatero.

Nos quedan frases memorables como aquella de que jugamos en la Champions "Lí" de las economías, o que tenemos el sistema financiero más sólido del mundo, o que el peor dato de la etapa de Z será siempre mejor que el mejor dato de la etapa del PP.

Jajajaja.

Vaya descerebrado.

Aunque desaparezca el mamarracho de la Moncloa, nos deja un venenoso legado de leyes de ingeniería social que el PP no parece dispuesto a derogar.