Estoy totalmente de acuerdo con el contenido del artículo, solo un apunte.
Es relativamente poco importante que sea una minoría la que mantiene ese odio tan terrible contra la religión católica, e incluso tampoco tendría demasiada importancia que algunos dirigentes políticos les protegieran e impulsaran, seguirían siendo una minoría. El problema es que esos mismos que permiten y consienten estos actos vandálicos sean quienes gobiernan la nación, componen el poder legislativo y controlan el poder judicial. El resultado salta a la vista.
Por lo menos van reconociendo lo que hicieron esos salvajes genocidas en 1936, además de dar un golpe de estado la noche electoral de 1936 y suspender las libertades democráticas a las 48 horas, se dedicaron al genocidio de católicos: solo en monjas y curas asesinaron a 7000. 7000 monjas y curas asesinados tiene categoría legal de genocidio.
Sus descendientes, también muy rojos todos ellos incluidos zapatero y quienes han apoyado su política roja (como él mismo se define) van admitiendo poco a poco con palabras y hechos lo que sus antepasados rojos hicieron en este país. Pero no lo admiten para pedir perdón por ello, sino para imitarlo insultando, amenazando y agrediendo a jóvenes peregrinos venidos de todo el mundo.
Algunos de estos rojazos se enfrentan ya a la justicia, por delitos muy graves contra las libertades constitucionales y hasta por apología del terrorismo. Por desgracia quienes los han estado cultivando con mimo durante años desde el poder, se irán de rositas como siempre.
Realmente es una vergüenza, que unos pocos insulten y se vayan de rositas.
Si los católicos nos defendiésemos como hacen los islamistas, esos energumenos se lo penarían dos veces, ya que se saben intocables gracias al gobierno de ZP.
En cuanto a quemar iglesias como en el 36 habría que verlo no sea que se encontrasen conque hoy la gente se defendería y seguramente se tendrían que ir con la tea encendida entre los huevos
Lo grave de la quema de iglesias de mayo del 1931 no fue la existencia de grupos de indignados de la época dispuesto a saquear, profanar y quemar conventos. Y ni siquiera la misma destrucción de las iglesias.
Lo realmente grave y que lo convirtió en un preludio de la guerra civil fue que el Gobierno dejara que los salvajes actuaran a sus anchas.
Azaña tuvo especial interés en que no se impidiera y lo consiguió y yo estoy convencido de que fue uno de los promotores con el inconfundible sello progre de tirar la piedra y esconder la mano.
Ahora tenemos a Rubalcaba y a su marioneta zETAp como acreditados incendiarios de la convivencia social de este país.
Gracias por no haberlo publicado todavía: Acabo de darme cuenta de que mi anterior necesita urgentemente de una aclaración antes de que nadie haga una interpretación equivocada: Cuando hablaba de cobardía, por supuesto, no me refería a los agredidos que, evangélicamente, contestaron con oraciones y cánticos a los insultos y vejaciones de esa hez frentepopulista que anda suelta por Sol, porque hay que ser muy valiente y muy dueño de sí mismo para dominar los instintos y no contestarles en su mismo "lenguaje". No, no me refiero a ellos, naturalmente; me refiero a los políticos: el partido de la Oposición ha reaccionado tarde y mal ante tales acontecimientos y ante las declaraciones de una sujeta del partido del gobierno, que ha tenido la osadía de equiparar, mintiendo que "hubo provocaciones por ambas partes". Mariano, no sé si vas a tener muchos votos de católicos pero, desde luego, el mío no. Queda dicho y aclarado
Don Pablo:
Manifestarse con la diáfana claridad con que usted lo hace, reconforta a cualquier persona decente en esta putrefacta sociedad en que a la desvergüenza de un bando se une la infame cobardía del presuntamente contrario.
Lo he dicho muchas veces y lo repito una vez más: ¿Para cuándo un Nüremberg para la ideología que ha matado a más de cien millones de seres humanos?
Tiene toda la razón. Ésta gente está actuando igual que en el 34, cuando Azaña miraba complacido como ardían las iglesias sin mover un dedo... Qué porquería de Partido el Socialista Español. Son auténticamente estalinistas, no han avanzado nada en un siglo. No han aprendido nada de vivir en democracia, están atascados en la para ellos maravillosa II república y actúan de la misma manera que entonces, pero todavía con más resentimiento y envidia acumulados. Deberían declararlos ilegales ya.
Basura son aquellos que se manifiestan así y basura los desgobernantes que nos toca en desgracia padecer, Pablo.
Ah, ¿conque les molesta vernos rezar? Pues desde ahora van a verme con el crucifijo colgado siempre que salga a la calle, y si me apetece rezar el rosario en el metro o en el parque o por la calle y me ven... ¡NO ME AVERGUENZO!
El problema es el PSOE, don Pablo, que se resiste a ser un partido tolerante y democratico de corte europeo. La culpa de los excesos terribles del PSOE la tiene el PP, que no se lo reprocha con la suficiente fuerza retórica y energia politca, y mucha prensa de la derecha, que trata al PSOE con guante blanco, como si fuera un partido democrático. La prueba de que el PSOE no cree en la democracia es que JAMÁS ha condenado su pasado chequista, golpista, guerracivilista, terrorista en los años 20, galista, faisanista.... No sólo no lo condena sino que lo asume y se siente orgulloso de criminales corruptos como Carrillo, Negrín, largo Caballero, el venerado terrorista Pablete Iglesias, Prieto, y tantos otros como ha dado a luz la horrorosa historia del PSOE. Es increible que el PP, nacido en plena democracia, aguante sin rechistar (sin recordarle al PSOE su pasado) que lo motejen de franquista. Yo estoy esperando todavia que el PP le exija al PSOE en el parlamento (que ya ha condenado el franquismo, incluido el PP) que condene Paracuellos o el golpe de Asturias o el asesinato de Calvo Sotelo por parte de gentuza del PSOE...El día que desde la derecha se hagan documentales televisivos sobre las checas, Paracuellos, el asesinato de Calvo Sotelo, algumas mantazas perpetradas por gente del PSOE, y además se le pidan cuentas publicas y parlamentarias al PSOE, se acabó la supuesta superioridad moral de la izquierda.