¿Hay motivo para reformar las autonomías? Sí; nada es eterno, y las Autonomías tal y como están concebidas, tampoco. No estaría mal que se hiciera la reforma antes de profundizar en la crisis económica y de que la Unión Europea nos obligue a hacerlo.
Erbilyos dijo el día 30 de Septiembre de 2011 a las 17:02:
Creo que la razón determinante para la creación del Estado de las Autonomías es la tercera de las que cita: satisfacer las demandas de los partidos nacionalistas. La segunda razón que aduce fue una justificación, una excusa, pero no la verdadera razón. En cuanto a la primera, creo que los mayores impulsores del Estado de las Autonomías estaban muy lejos de ser discípulos de Locke y los federalistas norteamericanos. La reacción del diario Público y de sus lectores ante las palabras de Aznar es significativa: ¿acaso esa gente es representativa del liberalismo de Locke y sus discípulos?
El desarrollo del modelo autonómico responde también, dentro de una visión más general, a una sobrevaloración de la política: la creencia en que los políticos van a mejorar nuestras vidas, a solucionar nuestros problemas, o peor aún, que nos van a hacer más libres; de ahí se deriva una multiplicación de las instituciones del poder político, del número de políticos, del tamaño y número de las administraciones, de su presupuesto y de las normas legales o administrativas que emanan de ellas.
La realidad, no obstante, indica que sucede más bien lo contrario. Todo eso sale más caro que un hijo tonto o drogadicto, es más intrusivo en nuestras vidas y nuestra actividad que una madre en una fiesta infantil de cumpleaños, provoca enfrentamientos y tensiones artificiales y crea problemas donde no los hay.
Creo que la idea política más sobrevalorada de la época contemporánea es la política misma. Leyendo a Paul Johnson, y la semblanza que hace del injustamente infravalorado presidente Coolidge en "Tiempos modernos", no puedo evitar sentir simpatía por ese personaje, y su proverbial minimalismo político.
Pucela43 dijo el día 30 de Septiembre de 2011 a las 09:40:
Totalmente de acuerdo con este interesantísimo artículo de Jorge Vilches.
Creo que la razón determinante para la creación del Estado de las Autonomías es la tercera de las que cita: satisfacer las demandas de los partidos nacionalistas. La segunda razón que aduce fue una justificación, una excusa, pero no la verdadera razón. En cuanto a la primera, creo que los mayores impulsores del Estado de las Autonomías estaban muy lejos de ser discípulos de Locke y los federalistas norteamericanos. La reacción del diario Público y de sus lectores ante las palabras de Aznar es significativa: ¿acaso esa gente es representativa del liberalismo de Locke y sus discípulos?
El desarrollo del modelo autonómico responde también, dentro de una visión más general, a una sobrevaloración de la política: la creencia en que los políticos van a mejorar nuestras vidas, a solucionar nuestros problemas, o peor aún, que nos van a hacer más libres; de ahí se deriva una multiplicación de las instituciones del poder político, del número de políticos, del tamaño y número de las administraciones, de su presupuesto y de las normas legales o administrativas que emanan de ellas.
La realidad, no obstante, indica que sucede más bien lo contrario. Todo eso sale más caro que un hijo tonto o drogadicto, es más intrusivo en nuestras vidas y nuestra actividad que una madre en una fiesta infantil de cumpleaños, provoca enfrentamientos y tensiones artificiales y crea problemas donde no los hay.
Creo que la idea política más sobrevalorada de la época contemporánea es la política misma. Leyendo a Paul Johnson, y la semblanza que hace del injustamente infravalorado presidente Coolidge en "Tiempos modernos", no puedo evitar sentir simpatía por ese personaje, y su proverbial minimalismo político.