El papel con las conclusiones de la "Conferencia Internacional Para Promover La Resolución Del Conflicto en Euskal Herría" es peor aún que desalmado o desvergonzado: es de tal cobardía terminológica, empezando por su insuperablemente cursi nombre, que a su lado las anfractuosas pastorales del obispo Setién parecen un prodigio de compromiso... con el terrorismo, naturalmente. Y aquellas costaban mucho menos dinero. La "Conferencia Internacional Para Promover La Resolución del Conflicto en Euskal Herría", si no supiéramos bien de dónde viene y qué pretende, podría servir lo mismo para vender una parte de España a unos asesinos que como tortuoso prospecto para arreglar la lavadora. Los Kofi Annan, Currin, Gerry Adams y demás turistas salieron muy sonrientes de la reunión, pero habría resultado más divertido aún si les hubiesen leído siquiera lo que supuestamente redactaron. Pero por leérselo se conoce que cobraban mucho más aún, y nuestro Gobierno está en las últimas. "De qué se habla aquí, que me opongo", solían decir los tertulianos de la bohemia madrileña al entrar por la puerta del café. "De qué se habla aquí, que cobro", dicen esos volatineros de la mediación cuando les plantan a la firma el texto de una "Conferencia" en la que no tienen noticia de haber estado, sobre una supuesta guerra que no existe y acerca de una tragedia española que ni les suena, ni siquiera de antiguas lecturas del marujil "reader´s digest".
Estos "guiris" han cobrado por "gastos de representación". Por representar directamente a ETA. Ya que era un paripé, podrían haberlo escenificado mucho mejor, habérselo currado un poco. Véase cuando piden "una consulta a la ciudadanía que podría contribuir a una nueva era sin conflicto". ¡Pero si ni siquiera se han molestado en disimular que esto es un recorta y pega de las equidistancias con buen rollito de los falsos buenos de Aralar, la versión tonsurada de Batasuna! Sin duda no se han molestado estos señores en saber qué decía aproximadamente la versión castellana de lo que han firmado, porque hubiese sido un gesto impertinente con los anfitriones. No es responsabilidad de los "expertos" saber de qué cosa los presentan como expertos. Si encima supieran de qué va el asunto para el que se limitan a poner la cara, no habría dinero en el mundo para pagarles. De qué se habla aquí, que soy experto. Lo escandaloso es que en España se permita a estos alquilones siquiera bajarse del avión. En Estados Unidos lo dudoso es que, al saber de sus intenciones, hubieran pasado de la aduana, y tal vez aún estarían en algún departamento de seguridad nacional, siendo explorados por el trasero con un dedo corazón enguantado. Pero, en España, como el Gobierno es el primero que incumple abiertamente la Ley, sin ningún tipo de manías, por aquello de "no crear nuevos problemas, sino prevenirlos", no parece tan extraño que unos extranjeros mediáticos se confabulen en nuestro propio territorio para llamar abiertamente al Gobierno a que suspenda y viole lo más sagrado, la soberanía del pueblo. ¿O qué es si no pedir un referéndum de autodeterminación cuando los únicos que pueden autodeterminarse son el conjunto de los españoles?
Aún con su estomagante lenguaje pastelero, o precisamente gracias a él, la "Conferencia" ya estará surtiendo su efecto entre el esnobismo socialdemócrata internacional. A partir de ahora las clásicas progres ya no serán aquellas que, mientras se están bajando las bragas, dicen que no pueden dejar de pensar en el problema palestino, según memorable definición del humorista Mingote. Los palestinos han pasado de moda en las alcobas progres. El Gobierno español ha consentido (mejor dicho, promovido activamente) que la progresía internacional sea aquella que, con las bragas a la misma altura, y sin saber situar a España en el mapa, ya no pueda dejar de pensar sin menoscabo de su corazoncito en el "conflicto" vasco.
