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Doce propósitos para 2012

Sé consciente de que esos pequeños cambios pueden tener un enorme impacto en tu vida.

tinin dijo el día 13 de Enero de 2012 a las 19:11:

No punt, la asertividad no consiste exactamente en el autocontrol, sino en la reivindicación del propio "yo". No se trata de una actitud de control, sino fomento de nuestras potencialidades en las relaciones sociales: atrevernos a hacer o pedir aquello que deseamos, pero sin ofender ni atacar, ni resultar frustrados.
Otro ejemplo, quizás más ilustrativo, sería el del hombre, o mujer, que desea acercarse a alguien que le gusta. El comportamiento asertivo llevaría a ejecutar nuestra propias ambiciones en el terreno de las relaciones sociales, pero de una manera natural, no forzada, fruto de que por nuestra autoestima, por la favorable opinión que tengamos de nososotros mismos, seamos conscientes de que nos lo merecemos: me acerco a la chica que me gusta a proponerle quedar el viernes porque me apetece, y porque sé que soy digno de que ella me acepte.

Sólo hay que poner la palabra asertividad en google, y aparecen multitud de referencias.

Un saludo una vez más.

punt dijo el día 12 de Enero de 2012 a las 10:35:

[tinin] Muchas gracias por su ilustrativa explicación. Al no ser mi especialidad la psicología, materia que en general no suele atraer mi curiosidad, mi conocimiento de términos específicos es bastante limitada (sí he leído cosas sobre la empatía, en relación con la inteligencia emocional, pero no concretamente sobre la asertividad).

Así pues, la asertividad, tal y como la describe, vendría a equivaler al autocontrol, entendido no como inhibición voluntaria de uno mismo sino como actitud madura y racional ante la frustración.

Lógicamente, entendida la asertividad en ese sentido, coincido con vd en que es rasgo deseable y saludable, no solo para la persona sino para la sociedad en su conjunto.

Únicamente apunto que un rasgo necesario de esa madurez es, precisamente, el perdón: puesto que la madura asertividad está reñida con el pueril enconamiento de las afrentas, la persona asertiva debe necesariamente saber hacer uso del perdón para romper ese círculo vicioso que sólo sobrevive en las personas pueriles por su incapacidad para perdonar.

Un saludo.

tinin dijo el día 11 de Enero de 2012 a las 20:29:

punt, la verdad es que la palabra asertividad no viene en el diccionario. Digamos que es un concepto utilizado en psicología que equivaldría a reaccionar adecuadamente ante las diferentes situaciones que se plantean en la vida social. Está relacionada con la autoestima, y se materializaría en responder adecuadamente ante cualquier situación de atropello en las relaciones interpersonales, pero sin utilizar la agresividad ni la violencia. Reivindicar lo que me corresponde en cualquier orden de la vida porque sé que soy digno de ello, pero de una manera firme y serena "porque sé que lo merezco". Imagine punt, una situación en la que alguien se le cuela a usted en el turno de la pescadería. Ante esta situación caben diversas reacciones, desde callarse hasta reaccionar airadamente. La reacción asertiva consistiría en llamar la atención firmemente a quien se nos ha colado, pero sin llegar a la agresividad ni a la violencia...todo menos guardarse la ofensa.

El principio lo puede aplicar luego a cualquier ámbito de la vida social, desde reivindicar un aumento de sueldo hasta llamar la atención a un compañero de trabajo que te ofende sistematicamente, no sé... y se supone que cuando se practica se es más feliz, se acumula menos resentimiento y ansiedad, y se fortalece la autoestima.

Disculpe el rollo, pero es que yo hice la prestación social sustitutoria en el teléfono de la esperanza, y me insistían mucho en este concepto... y en el de la empatía, pero eso es otro cantar.

Un saludo.

punt dijo el día 11 de Enero de 2012 a las 10:07:

[tinin] Cuando habla vd de la asertividad ¿Se refiere a la capacidad de defender una postura que se cree justa aun a contracorriente? Lo digo porque un "aserto" es la "Afirmación de la certeza de algo" y, como tal, puede conducir a la soberbia de quien cree tener la razón en todo y, por tanto, la niega a los demás por norma.


Por otra parte, el perdón sigue siendo absolutamente necesario, sin por ello querer significar que se renuncie a las reivindicaciones justas. Sin el perdón, las situaciones tienden a enconarse, a crecer como bolas de nieve, a realimentarse en un círculo vicioso de ofensas sobre ofensas. El perdón rompe ese círculo pero exige la fortaleza y la responsabilidad de dar el propio brazo a torcer.

Lógicamente, D. Adolfo debe referirse también a las "pequeñas rencillas de la vida diaria" que vd menciona, pero no solo a esas: el ejercicio del perdón reduce muchísimo el impacto que nos producen todo tipo de ofensas. Una persona que no perdona tiende a soliviantarse en cualquier enfrentamiento mientras que una que sí perdona mantiene en todo momento una actitud mucho más pacífica, menos propensa a la ira, y eso se traduce en una mejor salud y en disfrutar de mayores alegría y vitalidad.

Pero repito: eso no significa renunciar a lo que es justo. Por expresarlo gráficamente, quien perdona irá a un juicio a defender su postura sólo hasta un punto justo y a quedar en paz con el resultado, mientras que el vengativo tenderá a acudir para machacar al contrario. Ambos reivindican, pero la actitud ante el mismo juicio no puede ser más dispar.

Un saludo.

PD: Me viene a la memoria el clásico chiste de Eugenio:
- ¿Cómo haces para mantenerte tan joven?
- Es que no discuto nunca con nadie.
- Hombre, por eso no será...
- Bueno, pues no será por eso...

tinin dijo el día 11 de Enero de 2012 a las 06:52:

Sí, punt, comprendo el propósito del perdón, pero, puestos a buscar paz interior, desde mi humilde punto de vista se obtiene mejor de la justa reivindicación, o de la adecuada respuesta- asertividad- que del perdón.
Supongo que Adolfo se refiere a las pequeñas rencillas de la vida diaria, aquéllas que a veces nos obsesionan por soberbia, y de las que en el fondo no estamos seguros de ser justos manteniendo una situación beligerante.

punt dijo el día 9 de Enero de 2012 a las 09:46:

[tinin] El olvido no es perdón, como la permisividad con lo que sí nos gusta no es tolerancia. El perdón es un acto de la voluntad por el que no se olvida el daño causado pero se renuncia al castigo que en justicia le correspondería.

El problema que hay muchas veces con el perdón es que no es nada fácil perdonar a quien no merece ese perdón. Todo sea dicho, una cosa que facilita enormemente ese perdón (y en general la paz interior que busca esa y otras recomendaciones) es el vivir cristianamente, ya que parte fundamental de su doctrina es, precisamente, el amor al prójimo (enemigo incluido) y el perdón como expresión de aquella.

Un saludo.

tinin dijo el día 8 de Enero de 2012 a las 23:37:

Echo de menos la asertividad en tu decálogo. Y lo de perdonar... vale, pero sin olvidar. Siempre en guardia, la ley de la selva.

Un saludo