Creo que les asiste la razón a los dirigentes del PP al decir que es imposible la regeneración de la democracia española sin Andalucía. Sin esta región España jamás ha tenido sentido. Si no saca mayoría absoluta Arenas en Andalucía, olvidémonos de una reforma en profundidad de la democracia española. Rajoy acierta de lleno al argumentar que el destino de Arenas es su destino.
Tres argumentos fundamentales extraigo de esta declaración para la reforma de la vida española. En primer lugar, nadie pone en duda que, sin el triunfo del PP en Andalucía, Rajoy no habría conseguido la mayoría absoluta en las generales. Eso demuestra que el PP andaluz ha hecho un trabajo ejemplar. Su oposición, en las dos últimas legislaturas, ha estado plenamente vertebrada por un líder muy trabajador que ha abierto el partido a lo mejor de la sociedad andaluza; más aún, ha conseguido que el tejido urbano y más desarrollado de Andalucía esté gobernado por el PP, el ejemplo último es la conquista del emblemático Ayuntamiento de Sevilla gracias al trabajo conjunto de Arenas con un candidato inmejorable en eficacia y honradez, Juan Ignacio Zoido.
En segundo lugar, el trabajo del PP en Andalucía no sólo ha sido importante porque le haya dado prácticamente la mayoría absoluta a Rajoy, sino, sobre todo, porque ha desmantelado el régimen político de la Junta de Andalucía, que creía que iba a estar eternamente en el poder. Ahora muchos miran con escepticismo la corrupción en Andalucía, e incluso se extrañan de no ver en la cárcel a los principales protagonistas de estos atropellos, pero, en verdad, el trabajo político consistía en conseguir que eso saliese a la luz pública. Por fortuna, y esto hay que decirlo en reconocimiento de Arenas, el PP ha contribuido, junto con el periodismo más crítico, de modo ejemplar a ese trabajo de investigación, denuncia y publicidad.
Y, tercero, si el PP no ganara en Andalucía, por mayoría absoluta, las elecciones de marzo, entonces se podría decir que esta región se hundiría definitivamente en la oscuridad nihilista. Millones de andaluces normales, ciudadanos decentes que nunca podían sospechar que el pozo de la corrupción socialista no tenía fondo, quedarían borrados del mapa democrático. Para que eso no ocurra Arenas hizo ayer una apuesta seria, en verdad la viene haciendo hace tiempo: “No quiere ganar por desgaste del otro, sino porque tiene una propuesta que da confianza e ilusión”. Exactamente esa ilusión que puede llevar a Arenas a la victoria es la misma que necesitará Rajoy para reformar, de verdad, el cáncer de España: el gasto sin límite de las 17 Autonomías.