Que a Garzón le haya 'salvado la campana' de la prescripción no le evita la exposición pública de sus vergüenzas. El juez prevaricador ha vuelto a retratarse como un juez de métodos chapuceros e ilegales
EDITORIAL
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SUSTINE dijo el día 14 de Febrero de 2012 a las 09:46:
Como yo si que me creo las normas procesales, ..pues hala.No demos al populacho alimentos caducados,ya no cabe hacer el análisis sobre el contenido sospechoso del chorizo Garzón, está caducado por la fecha y nos quedamos sin saber si sus ingredientes eran los adecuados.
Pero el honor de uno no queda lavado porque te libres por prescripción.
Además ahora que la Justicia se aparta no hay excusa para no poder hacer el juicio estrictamente social o moral sobre este choriceo y sin posibilidad de que el enjuiciado socialmente, contraataque pues siempre nos cabe la exceptio veritatis. Ahora el juicio de opinión ya no es juicio paralelo es el único juicio.
Ahora bien, si Garzón tuviese honor solicitaría en un proceso no penal que se reparase judicialmente su imagen, con un pronunciamiento sobre la corrección de su actuación en Nueva York.
Malestar en los ambientes teatrales de la capital por la suspensión por razones técnicas y de producción del estreno de una obra que prometía ser éxito de crítica y público. Y es que había mucho interés en que en la catedral del teatro jurídico nuestro insigne y de fama internacional Baltasar Garzón subiese de nuevo al escenario en su 3ª y definitiva obra Llenando la faltriquera en Nueva York, en la que émulo de De Niro como ganster simpático deleitaría al respetable con su savoir faire.
Como yo si que me creo las normas procesales, ..pues hala.No demos al populacho alimentos caducados,ya no cabe hacer el análisis sobre el contenido sospechoso del chorizo Garzón, está caducado por la fecha y nos quedamos sin saber si sus ingredientes eran los adecuados.
Pero el honor de uno no queda lavado porque te libres por prescripción.
Además ahora que la Justicia se aparta no hay excusa para no poder hacer el juicio estrictamente social o moral sobre este choriceo y sin posibilidad de que el enjuiciado socialmente, contraataque pues siempre nos cabe la exceptio veritatis. Ahora el juicio de opinión ya no es juicio paralelo es el único juicio.
Ahora bien, si Garzón tuviese honor solicitaría en un proceso no penal que se reparase judicialmente su imagen, con un pronunciamiento sobre la corrección de su actuación en Nueva York.
Malestar en los ambientes teatrales de la capital por la suspensión por razones técnicas y de producción del estreno de una obra que prometía ser éxito de crítica y público. Y es que había mucho interés en que en la catedral del teatro jurídico nuestro insigne y de fama internacional Baltasar Garzón subiese de nuevo al escenario en su 3ª y definitiva obra Llenando la faltriquera en Nueva York, en la que émulo de De Niro como ganster simpático deleitaría al respetable con su savoir faire.