Quienes esperan que el TS obligue al gobierno catalán a respetar la norma constitucional es que no tienen ni idea de la realidad catalana ni de la idem lingüística catalana donde a los maestros se les prepara para desconociendo el castellano -con faltas lo escriben las últimas hornadas de maestros- impongan el catalán por vías más o menos coactivas, según lo exaltado que sea el tal maestro y, lo mismo ocurre en los institutos donde se considera un imponderable a ignorar o extirpar, el profesional que imparte sus clases en castellano ( ni los de Castellano ya) y donde los claustros se pronuncian contra el cumplimiento de la ley que, según el TS, les obligaba a aceptar el castellano como lengua vehicular.
No cambiarán las tornas ni el respeto por vía de imposición judicial. Sólo con un cambio de política educativa y de control del nivel de competencia lingüística que, en castellano, poseen quienes, cualquiera que sea su titulación, pretenden trabajar fuera de Cataluña o dentro, incluso, del Instituto Cervantes.
O se les obliga o no van a cambiar nunca porque, además, entre otras cosas, ya han logrado que los propios agredidos no respondan salvo, claro está, una exigua proporción.
Esperemos que el TRIBUNAL SUPREMO
como organismo superior, haga cumplir
sus 5 sentencias y desligitime la farsa del TSJC.
Hoy estan las opiniones llenas de lo catalan, bueno de la verguenza ajena que se siente al ver lo que esta pasando. Yo ya no entiendo nada.
Caminito de Jerez que decia el juez de infausto recuerdo, asi tenian que verse los responsables de este atroepllo. Pero por contra ni una voz discrepante ni una ORDEN SUPERIOR, para poner fin a esta tortura que sufren los castello-hablantes de cataluña. Alucinante. Ya tardan en anular la Autonomia y meter en la carcel a tanto mangante.
Gracias, Dios mío, porque no soy un pseudojuez de éstos, y por tanto, puedo dormir bien por la noche, y puedo ir a mis asuntos de día sin cargar sobre mis hombros la culpa, pudiendo mirar a la cara a los alumnos de Cataluña y a sus padres, y no agachar la cabeza por la calle.
Como los médicos de este país estuvieran a la altura de estos juzgadores, la esperanza de vida de los españoles no llegaría a los 35 años. Como fueran así nuestros arquitectos, un centenar de edificios a la semana se caerían. Como los mecánicos de automóviles los imitaran, viajaríamos todos andando. Si tuviéramos pilotos de avión similares, sólo habría cuatro, porque los demás ya se habrían dado el guastrapazo definitivo. Si las cajeras de los supermercados se les parecieran, se formarían colas de kilómetros y sería imposible comprar los alimentos. Si los empleados municipales de la limpieza tuvieran su mismo nivel, aún moriríamos de la peste negra.
¿Quién podría sobrevivir así?
Lo digo en serio...
Esto sirve para confirmarme en mi propósito y práctica actual: no hablo más en catalán con mis hijos y nietos. Y tengo el título de "mestre de català" con nota máxima, encima. Ni pongo TV catalana alguna sino en casos raros. Durante años promoví el uso y cultivo del catalán entre los cientos de alumnos que pasaron por mis manos. Pero me cansé hace tiempo de esta dictadura lingüística. Hace poco di una vuelta por los jardines en que se desparraman los alumnos del instituto en la hora de recreo. Escuché en qué hablaban a diez grupos de una media de seis chicos-chicas. De los diez grupos, ocho lo hacían en castellano, dos en catalán. Estas eran sólo chicas. Esa es la calle. Esta sociedad, en mi ciudad al menos, en casi todo usa el castellano. Por contra, todo lo oficial de cualquier institución te lo endilgan en catalán. Dictadura lingüística. Obsesión nacionalista, independentismo. Que se vayan al cuerno. Mantendré el tono educado cuando sea preciso. Pero están consiguiendo que yo que estuve a favor ahora esté en contra. Amo esta tierra y todo lo suyo que ya es mío. Pero a esos independentistas los detesto.
Esto sirve para confirmarme en mi propósito y práctica actual: no hablo más en catalán con mis hijos y nietos. Y tengo el título de "mestre de català" con nota máxima, encima. Ni pongo TV catalana alguna sino en casos raros. Durante años promoví el uso y cultivo del catalán entre los cientos de alumnos que pasaron por mis manos. Pero me cansé hace tiempo de esta dictadura lingüística. Hace poco di una vuelta por los jardines en que se desparraman los alumnos del instituto en la hora de recreo. Escuché en qué hablaban a diez grupos de una media de seis chicos-chicas. De los diez grupos, ocho lo hacían en castellano, dos en catalán. Estas eran sólo chicas. Esa es la calle. Esta sociedad, en mi ciudad al menos, en casi todo usa el castellano. Por contra, todo lo oficial de cualquier institución te lo endilgan en catalán. Dictadura lingüística. Obsesión nacionalista, independentismo. Que se vayan al cuerno. Mantendré el tono educado cuando sea preciso. Pero están consiguiendo que yo que estuve a favor ahora esté en contra. Amo esta tierra y todo lo suyo que ya es mío. Pero a esos independentistas los detesto.
Maite, España hace tiempo que ha dejado de ser un país como tal, usted lo sabe bien, ya que conoce perfectamente cómo fuciona el estanque dorado.
En ningún país democrático un tribunal regional puede imponer su "Ley" al Supremo. Es grotesco hasta escribir eso.
Hasta la Justicia está infestada de ratas cobardes, dan ganas de coger los bártulos e irse a lugares civilizados.
¿Y qué ha dicho el PP sobre este disparate? Lo digo por si alguien duda de la afirmación de que Rajoy está contento con el fallo.
Permita la señora Nolla felicitarla por su belleza y discreción -en el sentido cervantino del término- a alguien que le lee y admira en sus intervenciones en los programas de Intereconomía.
El pasado noviembre he sido un tonto los c.o.j.o.n.e.s. por última vez.