Las investigaciones del juzgado número cinco de la Audiencia Nacional sobre la trama Gürtel han dado como resultado un auto de su titular, el juez Pablo Ruz, en el que se detalla la existencia de varias cuentas bancarias en Suiza a nombre de Luis Bárcenas, con un saldo total que llegó a superar los 22 millones de euros en 2007. El extesorero del PP, imputado por cohecho, fraude fiscal y blanqueo de capitales, sostiene por medio de su abogado que ese dinero tiene un origen mercantil perfectamente lícito. Por su parte, en el PP pretenden desentenderse de este escándalo con el argumento pueril de que Bárcenas ya perdió su condición de afiliado. Sin embargo, por más que unos y otros se empeñen en disimularlo, el hecho incontrovertible es que el hombre que estuvo manejando las finanzas del partido del Gobierno hasta 2009 tenía a su nombre una fortuna en cuentas de la banca suiza cuyo origen hasta el momento no ha podido ser aclarado.
El escándalo se acrecienta cuando la defensa legal de Bárcenas reconoce que la mitad de esa fortuna, opaca para el fisco español, fue regularizada a través de los procedimientos que a tal efecto puso en marcha la Agencia Tributaria. El departamento de Cristóbal Montoro se apresuró ayer a afirmar que (al contrario que los hijos de Jordi Pujol) Luis Bárcenas no se ha beneficiado de la llamada amnistía fiscal decretada por el Ejecutivo con carácter excepcional el año pasado. Nada dijo, sin embargo, de la posibilidad de que el extesorero se acogiera a los procedimientos ordinarios para regularizar sumas ocultas a la Hacienda española, con el resultado de que diez millones de euros, presuntamente procedentes de la trama de corrupción descubierta en el entorno del PP, hayan sido legalizados tributando a un tipo impositivo ridículo en comparación con los brutales gravámenes que ha de soportar cualquier ciudadano respetuoso con la ley.
La situación del Partido Popular tras este auto del juez que investiga la trama Gürtel queda aún más en entredicho, por mucho que algunos de sus dirigentes traten de quitar hierro al asunto, como si Bárcenas hubiera sido un militante cualquiera pillado en un delito menor. Nada de eso. Luis Bárcenas fue en su día uno de los hombres más poderosos del PP. En sus manos estaban las finanzas de toda la organización y contaba con la plena confianza del actual presidente del Gobierno para hacer y deshacer a su antojo.
En contra de lo que sugieren, los dirigentes del PP conocen de sobra a Bárcenas y, aun más relevante, el extesorero los conoce a ellos. Más que de sobra.