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EDITORIAL

Blanco se aferra a la poltrona

Lo que se suponía iba a ser una comparecencia para anunciarnos una dimisión ha quedado reducido a un acto promocional de un futuro libro.

Está visto que el exministro socialista José Blanco es muy rápido a la hora de pedir dimisiones a los rivales políticos pero muy lento para asumir responsabilidades cuando es él quien está en el disparadero. Se suponía que, tras pedir el fiscal del Tribunal Supremo la tramitación del suplicatorio necesario para poder proceder contra él por un posible delito de tráfico de influencias en el caso Campeón, Blanco no demoraría más su dimisión como diputado. Sin embargo, su comparecencia ante los medios sólo ha servido para poner de manifiesto su incapacidad para refutar las acusaciones de la fiscalía y su determinación de seguir aferrado a la poltrona hasta que el juez decida abrir juicio oral.

La comparecencia del exministro también ha servido para mostrar hasta qué punto el actual líder del PSOE está siendo ninguneado aun en asuntos de tanta relevancia como éste. Y es que Blanco ni siquiera ha hablado con Rubalcaba, sino que lo ha hecho con la dirección del grupo parlamentario antes de la reunión del mismo, a la que no ha asistido el secretario general del partido. Esa es la razón por la que ningún dirigente ha querido pronunciarse públicamente sobre la decisión de Blanco, pues se desconoce si Rubalcaba sigue o no poniendo la mano en el fuego por el que fuera número dos del PSOE.

En cualquier caso, teniendo en cuenta los sólidos y numerosos indicios en que la Fiscalía basa su escrito de acusación, si Blanco fuera mínimamente coherente con los criterios en los que basó sus peticiones de dimisión de cargos del PP en relación con el caso Gürtel, hace tiempo que habría dejado su escaño. Pero está claro que Blanco no practica lo que predica para lo demás. De hecho, cuestionado por un periodista por este doble rasero, no ha tenido empacho en admitir que él no siempre ha creído en la presunción de inocencia de "los demás", pero que "ha reflexionado" sobre ello; "y algún día lo haré por escrito, tal y como tengo previsto hacerlo en un libro en el que estoy trabajando", ha añadido.

Es decir, que lo que se suponía iba a ser una comparecencia para anunciarnos una dimisión ha quedado reducido a un acto promocional de un futuro libro.

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